La mastectomía dubdérmica podría ser una alternativa preventiva reservada a mujeres con diagnóstico de alteraciones genéticas que invariablemente conducirán al desarrollo de cáncer de mama, afirmó el experto Juan Manuel Castro Cervantes.

El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco señaló que aún cuando la autoexploración y estudios como ecografías y mastografías posibilitan la detección temprana del cáncer de mama, existen alternativas profilácitcas (preventivas) como la mastectomía subdérmica.

Castro Cervantes, titular del departamento de oncocirugía en el Hospital de Especialidades del IMSS, detalló que la mastectomía subdérmica consiste en la extirpación del tejido glandular de la mama, preservando el complejo areola-pezón para la posterior colocación de implantes.

Explicó que esta alternativa se reserva a mujeres con antecedentes de la enfermedad en línea directa, es decir madre o hermanas, y más para aquellas con alteraciones en los genes BRCA 1 y BRCA 2, que en condiciones normales regulan el ciclo celular y evitan su proliferación desordenada y que en estas pacientes están dañados.

Indicó que en el servicio a su cargo, del total de pacientes con diagnóstico de cáncer de mama, un 30 por ciento tiene antecedente familiar y del cinco al 10 por ciento presenta la alteración genética referida en el párrafo anterior y por lo mismo “es cuando realmente pueden tener un problema hereditario serio”.

Para considerarse preventiva, la mastectomía subdérmica debe hacerse antes de que la glándula haya desarrollado cáncer, “en los pacientes con antecedentes familiares directos, mamá o hermanas que hayan tenido enfermedad maligna de mama”, dijo.

Aconsejó un asesoramiento genético para que de ahí se pueda derivar al estudio de determinación de BRCA 1 o 2, estrechamente relacionados a cáncer de mama y de ovario.

Señaló que aunque se preserva el complejo areola-pezón, se trata de una cirugía radical cuya efectividad máxima es del 90 por ciento.

“Siempre queda tejido (porque) la cirugía abarca el reborde mamario pero existe una extensión de tejido a la axila y ese es el riesgo, o bien algunos tejidos microscópicos que pudieran quedar y que en un momento, dada la predisposición de la paciente pudieran desarrollar la enfermedad”, apuntó.

Reiteró que de ahí que el máximo beneficio de la mastectomía subdérmica se establezca en un 90 por ciento.

Destacó que toda mujer posterior a una mastectomía subdérmica debe continuar con revisiones médicas periódicas “cada seis meses o cada año, en función de la intensidad del riesgo y esto significa la realización de ecosonogramas y mamografías”.

Agregó que el hecho de que estas pacientes tengan implantes en sustitución de las glándulas que le fueron retiradas, no representa problemas a la hora del estudio imagenológico o ecosonográfico de la mama.

Existen técnicas radiológicas que con tomas desde diferentes ángulos pueden captar tejido residual, lo importante es que estas pacientes no se descuiden, enfatizó el especialista.

Y su aseveración tiene sustento ya que al servicio a su cargo, de las 207 cirugías por cáncer de mama hechas de enero a noviembre del año pasado, 47 fueron conservadoras (cuadrantectomía) y 160 radicales.

Guadalajara, 25 Jun. (Notimex)