Investigadores de la MIT recientemente agarraron un pedazo de metal tan duro que estaba cuarteado a tal grado que pensaron que se haría pedazos, pero en vez, pasó algo muy inesperado: se cerraron las grietas.

“Teníamos que regresar para revisar,” dijo Michael Demkowicz. “En lugar de extenderse, la grieta se estaba cerrando. Al principio nos dimos cuenta que nada estaba mal, luego nos preguntamos: ¿por qué sucede esto?”

Termina que bajo condiciones muy precisas, ciertos tipos de metal, incluyendo el níquel que se usó en este caso, pueden sanar por su cuenta.

Los investigadores creen que al estudiar esta extraña propiedad pueden aprender a incorporarlo en metales que se usan en producciones como de aviones. Grandes estructuras metálicas pueden acumular pequeñas grietas a lo largo del tiempo, volviéndose inseguros. Un material que sana las pequeñas grietas mientras se forman durará mucho más tiempo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.