Recientemente se completó un invernadero llamado Jellyfish Barge que brinda un ingenioso espacio verde y un brillo mágico en el río. La estructura octagonal de la barcaza esta hecho de una red de barriles flotantes y trabas de plástico y madera.
Pequeñas plantas en maceta son detenidas cuando son introducidas en las trabas. Este invernadero innovador no depende con recursos tradicionales de granja como campos con tierra y sistemas de irrigación de agua dulce. La energía que usa es solar, eólica y maremotriz.
El proyecto tomó alrededor de cinco meses en completar. Aparte de su bello diseño que incluye una cubierta integrada alrededor del perímetro, el invernadero fue creado considerando el crecimiento urbano y la disminución de recursos. Su naturaleza como de balsa le da a las citadinos un espacio creativo para cultivar cosechas y contribuye positivamente a la salud de la comunidad.
Publicado por Othón Vélez O’Brien