Una mujer de Pensilvania que desapareció misteriosamente hace 11 años reapareció en Florida esta semana.

Brenda Heist, de 54 años, se entregó a las autoridades y explicó que había huido de su familia, su vida y sus problemas.

La policía confirmó la identidad de la mujer de Lititz, Pensilvania, considerada “desaparecida y posiblemente muerta”.

“Estaba muy emocionada, cabizbaja, con vergüenza. Estaba llorando cuando la encontré. Sabe que lo que hizo está muy mal, pero en ningún momento atinó a llamar o contactar a su familia”, precisó el detective John Schofield, del Departamento de Policía de Lilitz, que viajó a Florida para ver a la mujer.

Heist desapareció en febrero de 2002 después de dejar a sus hijos en el colegio. Con un divorcio a cuestas y un trabajo como administrativa de una concesionaria de autos, las dificultades económicas se habían hecho evidentes. Finalmente, el rechazo a la solicitud de un subsidio del Estado fue la gota que derramó el vaso.

Desconsolada en un parque, pensaba en cómo haría para criar a sus hijos. Enseguida, se le acercaron tres vagabundos, dos hombres y una mujer, que le preguntaron si quería ir a dedo con ellos hasta Florida. El capricho pudo más y se lanzó a la aventura.

Durante los primeros dos años, dijo Schofield, vivió en la calle. Pasó noches debajo de los puentes y se alimentó de la comida que desechaban los restaurantes.

Luego pasó siete años en un campamento junto a un hombre. Trabajaban como jornaleros, realizando varias tareas por las que recibían dinero en efectivo. Cuando la relación llegó a su fin, volvió a la calle, donde pasó otros dos años.

“Todo parecía ir en contra de ella mientras estaba en la calle. Estaba cansada y al final de la cuerda. Ya no quería seguir con su vida secreta allí”, señaló Schofield.

Mientras tanto, su familia seguía en Pensilvania en busca de respuestas.

La investigación fue exhaustiva. Durante meses, investigadores locales, estatales y federales entrevistaron sin éxito a decenas de familiares, amigos, vecinos y colegas de trabajo.

Su esposo, Lee Heist, incluso se convirtió en sospechoso.

“La policía siempre me preguntaba si quería un abogado y yo les explicaba que no era necesario. Les di acceso a mi casa, a mi computadora, a lo que necesitaran. Quería respuestas”, dijo Lee Heist, que finalmente dejaría de ser sospechoso.

Los amigos y familiares estaban convencidos de que algo malo le había pasado a Brenda. Si bien no lograban determinar cómo había desaparecido, todos estaban de acuerdo en que no era posible que Heist hubiera abandonado a sus hijos. O eso creían.

En 2010, Lee Heist solicitó ante un tribunal que Brenda fuera declarada legalmente muerta. Era una medida necesaria para cerrar un tema doloroso, dijo.

La llamada

Cuando Schofield recibió la llamada de Florida, creyó que los restos de Brenda habían aparecido en algún lado.

La sorpresa fue grande cuando se enteró de que estaba viva.

Contactó a Lee Heist inmediatamente y le transmitió la noticia a la familia.

“Fue muy emotivo”, dijo Schofield sobre el encuentro con Lee y sus dos hijos, hoy ya adultos.

El sentimiento para los tres es de confusión y ambigüedad.

“Mi reacción fue una mezcla de sensaciones, una confusión muy grande”, sostuvo Lee, quien, por lo menos, se sintió justificado ante las tantas personas que dudaron de su inocencia.

“Lo más difícil fue que a varios amigos de mis hijos no los dejaban jugar con ellos por lo que sus padres pensaban de mí. Eso fue lo más doloroso”, agregó.

Aún no sabe si habrá lugar para un reencuentro con Brenda, pero Lee decidió dejar atrás el rencor y perdonar a su mujer.

“En algún punto, uno piensa que debe aprovechar lo que tiene. Tengo buenos amigos, una gran familia y a mi nueva esposa, que es excepcional. Estoy muy bendecido”, concluyó.

(CNN)