Más allá de «satanizar» el consumo de leche debido a su contenido graso, y por tanto, su supuesta contribución a la obesidad, es necesario promover los efectos benéficos que su ingestión aporta a la salud humana, señaló la especialista Judith Jiménez Guzmán.
Al término de su participación en el sexto Simposio Internacional de Probióticos, organizado por la Universidad Autónoma Metropolitana y la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, la académica sostuvo que desde la década de los setenta se ha «satanizado» la grasa de la leche.
«Se le ha creado una muy mala fama que a los investigadores les ha costado revertir», destacó la profesora-investigadora del Departamento de Ciencias de la Alimentación de la UAM.
Resaltó que el lácteo tiene muchos efectos benéficos en las diferentes etapas de desarrollo del ser humano, pues posee proteínas de muy alto valor nutricional y otras de fácil digestión.
Ejemplificó que muchos de los alimentos geriátricos se elaboran con proteínas de este lácteo, porque se disuelven fácilmente y por tanto no inflaman el estómago ni causan problemas digestivos y consideró que los comentarios en contra de su consumo provienen de la desinformación, porque la leche tiene muchas calorías.
«Si se la compara con el agua, pero la necesitamos y lo único que debemos hacer es considerar nuestra ingesta calórica proveniente del lácteo y tener una dieta balanceada; «no tenemos porqué perdernos de la variedad de beneficios que nos proporciona», afirmó.
Al hablar de la producción de péptidos bioactivos a partir de leche fermentada por Lactococcus lactis, rechazó las recomendaciones de no alimentar con leche a los bebés.
«Esto es terrible porque de los mamíferos el ser humano ´es el más inmaduro? y al nacer, órganos como el cerebro y los sistemas digestivo y respiratorio tienen aún que alcanzar su madurez y justamente los péptidos contenidos tanto en la leche materna como en algunas leches procesadas, contribuyen a lograr dicha madurez», dijo.
Cualquier otra cría de mamífero nace y es independiente «nuestros bebés no; ellos necesitan desarrollarse, y la leche se encarga de darles tanto los nutrimentos, como la regulación necesaria para que su desarrollo se realice de manera eficiente».
Muchas de las fórmulas maternizadas buscan introducir proteínas de este tipo para hacerlas lo más parecido posible a las leches maternas con el fin de ofrecer a los bebés, que por alguna razón no pueden consumirla, leche materna de buena calidad.
Puntualizó que las leches fermentadas, muchas de las cuales se encuentran en el mercado, contienen péptidos bioactivos benéficos para la salud, con propiedades anticarcinógenas, antihipertensivas, antitrombóticas y como acarreadores de nutrientes, además de ser coadyuvantes en padecimientos como el Alzheimer.
México, 3 May. (Notimex)