Nicaragua mantiene el estado de alerta roja debido a que persiste la intensa actividad sísmica, que se originó tras el movimiento telúrico del pasado jueves, el cual dejó un saldo de un muerto y más de dos mil 100 viviendas dañadas.
La portavoz del gobierno, Rosario Murillo, exhortó este sábado a la población a “mantener la calma y extremar las medidas de prevención”, ya que “no ha pasado la situación (de riesgo) y estamos en alerta roja” por la intensa actividad sísmica.
Este sábado, las actividades comerciales y bancarias volvieron a la normalidad en Managua y las ciudades del interior del país.
Murillo pidió a la ciudadanía reanudar sus actividades normales y “estar tranquilos”, aunque recomendó: “no bajemos la guardia y los cuidados” ante una situación de riesgo.
Las réplicas, cuyas magnitudes van de los 2.0 a los 4.0 grados Richter -en una escala de 10 máximo-, han continuado este sábado, sin embargo, algunos han sido imperceptibles.
Un grupo de tres especialistas en Vulcanología y Geología de Cuba llegarán mañana domingo para colaborar con el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter) con el objetivo de realizar un análisis exhaustivo de las causas que originaron la emergencia.
El jueves, un temblor de 6.2 grados Richter en el Lago de Managua frente a las costas de Mateares y Nagarote, a unos 22 kilómetros al noreste de la capital, ocasionó fuertes daños en numerosas viviendas por su magnitud y superficialidad (sólo 10 kilómetros de profundidad).
La víspera, un movimiento telúrico de 6.7 grados Richter se registró en la zona de Rivas, al sur de Nicaragua, de acuerdo con fuentes oficiales.
El sismo en el sur del país centroamericano fue originado por el choque de las placas continentales Coco y Caribe, sin que tenga relación con el movimiento telúrico originado en el Lago de Managua.
El centro de la actividad sísmica se ha mantenido en el Lago de Managua, cerca de los volcanes Apoyeque y Momotombo, frente a las costas de Mateares y Nagarote, zona en la que se registraron los mayores daños en viviendas.
Notimex