¿Nunca se han dado cuenta de lo ridículos que son muchas de nuestras quejas?

Cuando le pones perspectiva a los momentos que andas de quejumbroso, te darás cuenta que tus problemas en realidad no son problemas… o al menos la mayoría de ellos.

O si en verdad crees que deberías de quejarte porque se rayó la pantalla de tu celular o porque tus vecinos no comparten su internet, piensa qué ha de pensar de ti esta gente:

Publicado por Othón Vélez O’Brien.