
No es amor: cómo identificar la atracción intensa (limerence)
A veces lo que sentimos como amor no es amor maduro, sino una sobrecarga emocional intensa, una atracción que comparte más con la adicción que con un vínculo genuino.
¿Qué está pasando en tu cerebro?
Este fenómeno se conoce como limerence. En Psychology Today, lo describen como una forma de obsesión amorosa: pensamientos intrusivos, idealización excesiva y dependencia emocional. Desde la neurociencia, se ha comprobado que estos sentimientos activan los mismos circuitos cerebrales que una adicción.
Ejemplos claros
En The Guardian, se recogen testimonios de personas atrapadas en ese vaivén emocional: una montaña rusa que alterna entre euforia y desesperación, dependiendo de si reciben respuesta a un mensaje o si hay silencio prolongado. No es una exageración: el limerence puede afectar la concentración, el estado de ánimo y la salud mental.
¿Cómo saber si es amor real o solo intensidad?
Comportamiento |
Emociones intensas |
Amor maduro |
---|---|---|
Pensamientos obsesivos y urgencia por contacto |
Sí |
No |
Montaña rusa emocional según señales pequeñas |
Sí |
No |
Idealización exagerada del otro |
Sí |
Aprecio con realismo |
Un vínculo saludable, como describimos en nuestra nota sobre relaciones sanas, se basa en la admiración real, el apoyo mutuo y una conexión diaria sin dramatismos excesivos.
¿Por qué aparece esto?
-
Estilos de apego ansioso hacen más probable la aparición de limerence .
-
Idealización y proyección inflan la percepción del otro muy rápido .
-
La incertidumbre (¿le gusto o no?) intensifica la conducta emocional, igual que una adicción; según The Guardian, muchas personas atraviesan fases de limerence, especialmente con apego ansioso .
¿Y ahora qué?
-
Hazte esta pregunta: ¿Siento paz o solo adrenalina constante?
-
Descubre la limerence y aprende a poner límites: menos mensajes, más instancias compartidas.
-
Si sientes que la situación se te sale de las manos, considera apoyo emocional profesional, especialmente basado en terapias como la cognitivo-conductual.