El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ayudó a juramentar ayer a 28 ciudadanos naturalizados estadounidenses recientemente en la Casa Blanca y aprovechó la ocasión para exigir que el Congreso “termine el trabajo” en su búsqueda de una reforma integral de las leyes migratorias.

En una ceremonia en el Salón Este, Obama elogió a los nuevos estadounidenses, incluidos 13 que sirven en las Fuerzas Armadas de EU, como ejemplos de la fuerte historia migratoria de la nación y sostuvo que los legisladores ya no deben soslayar su trabajo en la reforma migratoria.

“La inmigración nos hace más fuertes, nos mantiene vibrante, nos mantiene con hambre, nos hace prósperos. Es parte de lo que hace a éste un país dinámico”, manifestó Obama. Sin embargo, agregó: “Tenemos que hacer un mejor trabajo para darles la bienvenida. Hemos sabido por años que nuestro sistema de inmigración está dañado. (…) Después de evitar el problema durante años, ha llegado el momento de arreglarlo de una vez por todas”.

El Presidente ha participado en una ceremonia de naturalización en la Casa Blanca durante los últimos cuatro años, pero el evento de este año adquirió mayor simbolismo cuando Obama leyó una lista de los países de donde provenían los inmigrantes -entre ellos Afganistán, Alemania, México, Nigeria y Perú- y algunos de los nuevos ciudadanos vestían sus uniformes militares de Estados Unidos. Levantaron su mano derecha, mientras recitaban el juramento de ciudadanía, en dirección a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano.

Obama elogió los esfuerzos bipartidistas en el Senado y la Cámara de Representantes para el desarrollo de la reforma legislativa y afirmó que espera que un proyecto de ley sea presentado el mes que viene. Un grupo bipartidista de ocho senadores ha dicho que espera dar a conocer su proyecto de ley después de que el Senado regrese de un receso de dos semanas por Pascua el 8 de abril.

El esfuerzo del Senado, que se espera que sirva de modelo para un posible acuerdo entre el Congreso y la Casa Blanca, incluye una ruta de 13 años a la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes ilegales del país, un gran aumento en las visas para trabajadores especializados en tecnología, un nuevo programa de trabajadores de bajos ingresos y la eliminación de algunas categorías de visas para los miembros de la familia, de acuerdo con personas familiarizadas con las negociaciones.

La legislación también exigirá mayor control de las fronteras y medidas de seguridad en los lugares de trabajo.

“Tenemos que terminar el trabajo. Este problema no es nuevo. Todo el mundo sabe que no sirve; todo el mundo sabe cómo solucionarlo. Simplemente tenemos que incrementar en este momento el valor político para hacer lo que se debe hacer”, expuso.

El Economista. 26 Marzo 2013