Hay veces que lo único que esperamos es que llegue el fin de semana o las vacaciones, y sólo con pensar en tu trabajo te duele el estómago, esto afecta incluso nuestra actitud que no es la más óptima para tener el mejor desempeño laboral. Sin embargo, si piensas que renunciar es la solución hay cuatro cosas que debes pensar antes de dar ese paso:
1.Entender que el cambio no siempre es inmediato. Planearlo con tiempo, y tener otra opción laboral es lo mejor que puedes hacer, porque al renunciar sin tener nada asegurado te verás en la necesidad de buscar de nuevo un empleo, y este proceso puede resultarte algo tedioso. No obstante, existe la alternativa de emprender.
2. Los temores acerca del dinero son inevitables. Al quedarte sin los ingresos que usualmente tenías te verás obligado a modificar tu estilo de vida, al principio puede ser difícil privarte de gastos que realizabas cotidianamente, pero depende de ti que sea un proceso temporal.
3. El apoyo es esencial. Que tu familia y o pareja te brinden su apoyo al tomar esta decisión resultará algo realmente reconfortante, ya que los cambios que realices también afectan de cierta manera a tus seres cercanos.
4. Renunciar no es siempre el primer paso. Existen otro tipo de soluciones a tu hartazgo, si tienes un jefe que te escucha plantéale cómo te sientes, podría ser que juntos lleguen a unas solución, un cambio de área o unos días de descanso para despejar la mente.
Ten en cuenta que muchas veces las acciones impulsivas no nos llevan a nada bueno, y aunque estamos aquí para disfrutar de la vida y buscar hacer lo que nos acerque a la felicidad, el tomar una decisión a conciencia, y analizar nuestra situación es lo mejor que podemos hacer.