En enero, D. Wayne Lukas de 77 años llamó a Gary Stevens de 50 años para decirle que tenía un caballo llamado Oxbow, quién iba a volver emocionante lo que se había vuelto el crepúsculo de la fama de sus carreras.

Lukas, entrenador legendario, había ganado 13 premios de Triple Crown, pero no lo había logrado desde el año 2000. Stevens había salido recientemente de su jubilación como jinete tras siete años como locutor y actor en Hollywood.

Ahora, a mediados de mayo mientras se avecinaba el Preakness Stakes, nadie hablaba de ellos, sino que estaban todos enfocados en Orb, el caballo que arrasó con la competencia dos semanas atrás en el Kentucky Derby.

El sábado se suponía que iba a ser su día ya siendo un favorito con las probabilidades en 3-5 a su favor. Orb tenía todo el aspecto de un potencial ganador del Triple Crown y muchos pensaron que iba a convertirse en el primer caballo que ganara el título en 35 años y unirse con otros campeones como Secretariat, Seattle Slew y Affirmed.

Pero algo interesante pasó durante la carrera cuando el público vio que Oxbow llevó la delantera en la primera vuelta como si los otros caballos tan solo estaban disfrutando de la vista.

En la carrera Steven y Oxbow corrieron extremadamente rápido y vieron cómo dejaron a Orb y a cuatro otros caballos más como si fueran un ciclón.

“Sólo andaba paseando al perro,” dijo Stevens.

Detrás de él, McGaughey, el entrenador de Orb, podía ver que algo andaba mal. Orb no se comportaba como normalmente lo hacía, estaba contra el riel y entre rivales por primera vez.

“Se metió en una posición incómoda,” dijo McGaughey. “El paso iba más lento de lo que había anticipado. Creí que subirían el paso.”

Pero no hubo razón para que Stevens corriera más rápido.

Creyó que la carrera ya la tenía hecha. Su caballo todavía tenía mucha energía y ya había detenido la corrida de Orb. Miró debajo de su brazo y vio que Rosario, el jinete de Orb, intentaba hacer acelerar a su caballo, pero en vez se hechó para atrás.

“La estaba pasando duro para alcanzarlos,” dijo Rosario refiriéndose a Orb. “Normalmente te lleva a dónde quieres, hoy nunca ni despegó.”

Aquellos que tuvieron confianza en el viejo jinete y el caballo, con pocas probabilidades de ganar, ganaron un premio de $32.80 por una apuesta de $2.00 dólares.

Stevens recordará a Oxbow siempre con alegría. Con ésta a juntado tres victorias en el Preakness y nueve Triple Crowns.

(NYT) Joe Drape.
Traducción O.V.