Antes del temblor de manos, la enfermedad de Parkinson presenta datos iniciales, como dolor de hombros junto a pérdida o disminución del olfato y el gusto, afirmó el experto Francisco Javier Jiménez Gil.

Jiménez Gil señaló que otro dato importante previo es la depresión, trastornos del sueño y hasta el estreñimiento o constipación intestinal.

Se estima, además, que en el país, 50 de cada 100 individuos a partir de la sexta década de la vida lo padecen.

Indicó que el principal antecedente de esta enfermedad es el asociado a trastornos del sueño, concretamente en la llamada fase de movimientos oculares rápidos (REM por su denominación en inglés) durante la cual, en condiciones normales, el cuerpo permanece inerte, en tanto que lo único que se mueve son los ojos.

En las personas con Parkinson, indicó, esta fase está alterada y con frecuencia son individuos que se levantan dormidos, hablan o “tiran golpes con pies o con manos” con riesgo a lastimarse o a lesionar a su acompañante.

Esto se debe a que durante la fase REM es cuando ocurren las ensoñaciones o sueños y en quienes tienen alteraciones, éstos son tan vívidos que ‘los actúan’ por eso tienden a moverse y a gritar o hablar, pero se trata en realidad de un inadecuado funcionamiento de algunos neurotransmisores, entre ellos la dopamina.

Añadió que recientemente se ha encontrado que también algunos rasgos de la personalidad, en específico ser muy apacible, así como tener patrones muy establecidos en la forma de vestir o arreglarse, se consideran datos iniciales del Parkinson.

El experto dijo que captando a los pacientes en estas fases es mucho lo que se puede hacer.

Resaltó que si bien el Parkinson es una enfermedad hasta ahora incurable, un abordaje temprano puede hacer más lenta su progresión hacia estadios avanzados en los cuales, además de la rigidez de cuello y movimiento incontrolado de las manos, se añaden trastornos en la marcha que a su vez, incrementan la proclividad a sufrir caídas.

Indicó que aunque no hay resultados contundentes, se ha observado que la administración de co-enzima Q10 y algunos antibióticos como las tetraciclinas, pueden producir efectos positivos que frenan la progresión de la enfermedad.

Otros estudios revelan que “uno de los fármacos que ha demostrado una diferencia muy favorable en la evolución de los pacientes que lo recibieron contra quienes no lo recibieron en fases tempranas del Parkinson es la rasagilina”, dijo.

Para el diagnóstico de la enfermedad existen estudios imagenológicos y clínicos que permiten detectar alteraciones en la química cerebral, concretamente en un neurotransmisor llamado dopamina, reiteró, para añadir que a partir del diagnóstico, el promedio de sobrevida de un paciente con dicha afección es de 15 años.

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