A priori parece una propuesta tentadora. Y así es como la venden sus creadores en el stio web de financiación colectiva Kickstarter.
Allí presentan “Plantas que brillan: luz natural sin electricidad” como una alternativa ecológica, natural y sostenible, frente a la tradicional bombilla.
Difícil resistirse a una idea así. De hecho, a un mes aproximado para el cierre del proyecto, la propuesta ya logró el apoyo de más de 4.500 personas, que juntas, aportarían unos US$265.000. Todo un logro teniendo en cuenta que para el objetivo original se pedían US$65.000.
Las plantas que el líder del proyecto Antony Evans imagina serían el resultado de una combinación de biología sintética con ténicas de “fabricación casera”, combinados con un programa de la compañía Genome Compiler, que permite diseñar fácilmente secuencias genéticas.
“Inspirados por las luciérnagas, nuestro equipo de doctores que estudiaron en la Universidad de Stanford, están utilizando métodos fácilmente accesibles para crear plantas que brillan de verdad en un biolaboratorio tipo “hágalo usted mismo” en California”, dijo Evans.
El equipo investigador, liderado por el biólogo sintético Omri Amirav-Drory, que es también director ejecutivo de Genome Compiler, y por el científico Kyle Taylor, especialista en plantas, intentará trasplantar un gen fluorescente a una pequeña planta llamada Arabidopsis, de la familia de la mostaza.
Las personas que se comprometieron a financiar el proyecto recibirían semillas de esas plantas que brillan, presumiblemente como muy pronto a partir de mayo de 2014.
Pero las plantas, que aún no existen, ya están generando polémica.
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[sws_red_box box_size=”630″]Falta de regulación [/sws_red_box]
Varios grupos ecologistas han criticado el proyecto y le han pedido al sitio web donde se promociona que se cierre.
En una carta firmada por la organización Amigos de la Tierra y por el grupo ecologista ETC, los activistas argumentan que lo que Antony Evans propone conduciría a “la liberación descontrolada, aleatoria y generalizada de semillas biológicamente modificadas”.
Los investigadores del proyecto dicen haber escogido la planta Arabidopsis porque es fácil experimentar con ella y acarrea un bajo riesgo de propagación.
También afirman que el proyecto cumple con los requisitos de las agencias federales de Estados Unidos que regulan la existencia de organismos modificados genéticamente. Y dicen que a medida que avance el proyecto seguirán asegurándose de que así suceda.
Pero para algunos activistas eso no es suficiente.
“Nos oponemos a esta distribución sin supervisión. Es un avance irresponsable”, declaró Jim Thomas, director de Investigación de ETC, una organización con base en Montreal que pide una mayor regulación de la biología sintética, un campo científico emergente que se dedica a la creación de nuevos organismo biológicos que no se encuentran en la naturaleza y que podrían ser “programables”.
Las plantas que brillan serían ilegales en la Unión Europea, que cuenta con restricciones más severas, por lo que no podrán enviar semillas allí, algo que los creadores del proyecto advierten en su página web.
Para Thomas, si bien es cierto que las semillas son legales en algunas partes del mundo, estos emprendedores están aprovechándose de una falta de regulación en un campo nuevo de investigación.
Pero según el biólogo Omri Amirav-Drory, líder del equipo investigador, el proyecto es “legal, ético, bonito e importante, y no vamos a dejar de hacer lo que estamos haciendo”.
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[sws_red_box box_size=”630″] Ojo con los “riesgos” [/sws_red_box]
En cuanto a los posibles resultados del experimento, al final de su página web los promotores advierten de dos riesgos que podrían ser algo inquietantes para los inversores.
El primero, que tal vez no logren el efecto brillante que buscan. “Esperamos obtener una planta que sea visible en la oscuridad, como la pintura que brilla, pero no esperen reemplazar la bombilla con la version 1.0.”, dice el texto.
El segundo, que ante la creciente regulación en esta materia podría suceder que las normas en Estados Unidos cambien durante el proyecto, lo cual obligaría a gestionar un nuevo permiso o bloquearía totalmente el reparto de semillas.
En 2008 científicos de la Universidad de California crearon una planta de tabaco que brilla, mediante el uso de la enzima luciferase.
En 2010 investigadores de la Universidad de Cambridge lograron crear una bacteria que brillaba lo suficiente como para permitir la lectura en la oscuridad.
Pero Theo Sanderson, miembro del equipo de Cambridge, es escéptico con respecto al proyecto de Antony Evans.
“Mi predicción es que este proyecto enviará plantas que tendrán una luminiscencia vagamente visible en una habitación completamente a oscuras”, le dijo a la BBC.
Por ahora, no obstante, los promotores del proyecto está atrayendo más atención mediática y fondos de lo que esperaban.
Y antes de crear las polémicas plantas ya ofrecen “paquetes de inversión” en los que junto a las semillas se ofrecen camisetas del proyecto, libros sobre “cómo crear tu propia planta que brilla” y jarrones hechos a partir de las tradicionales bombillas.
Este proyecto parece entrecruzar ciencia y negocios con un modelo tan innovador que ha tomado a todos por sorpresa.
BBC