Cuando se trata de tecnología de consumidor, mucha gente esta acostumbrada a buscar el gadget más brillante y nuevo. Así que podrá ser sorpresa para muchos el número de ejecutivos y gente de negocios que prefieren seguir optando por celulares más viejos.

De estos dispositivos móviles anticuados, el que resalta como el favorito es el Nokia 6310, un modelo que fue descontinuado hace más de seis años. Entre sus más devotos se encuentran Martin Schulz, presidente del parlamento de la Unión Europea; Philip Green y Julian Dunkerton, director ejecutivo de SuperGroup.

¿Por qué líderes mundiales se aferrarían tanto a una tecnología tan obsoleta?

Una razón es que los Nokia de antes estaban hechos para durar mucho tiempo. Es difícil dañarlos y les dura mucho la pila. También, estar menos conectado puede ser una ventaja al dejarte enfocarte en las cosas importantes. Con el Nokia 6310 “no estoy siendo constantemente atosigado por correos electrónicos, permitiéndome lidiar con cosas más importantes,” dice Dunkerton.

También resulta que un viejo y anticuado “dumbphone” (celular tonto) sirve como un símbolo de prestigio. Le dice a tus asociados que no puedes estarte molestando para checar tus correos o mensajes a cada rato. A otros les gusta la estética retro del celular viejo.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.