Bajo el argumento de que causan una “simple molestia” las personas minimizan y no atienden a tiempo las picaduras de insectos y arácnidos, sin embargo deben recibir atención médica y no tratamientos caseros ni automedicarse, pues con ello sólo se retrasa la atención y se pone en riesgo la vida.
Las picaduras de abejas, avispas, arañas y, sobre todo alacranes, son las que más se presentan a lo largo del año y por ello son las que más problemas causan a la población. Existen personas hipersensibles a sus efectos que al no ser atendidas pueden derivar en trastornos e intoxicaciones graves.
Entre las recomendaciones que se hacen a la gente para prevenir la proliferación de los insectos están el mantener limpios los patios, resanar grietas y encalar los muros de las viviendas.