Más que un slogan publicitario es una realidad de la neuroquímica del alimento

La ciencia acaba de revelar uno de los secretos más terribles de las papas fritas: si comes una, terminarás comiendo la bolsa entera. Este descubrimiento, fue desenmascarado en la 24º Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química.

Tobias Hoch, líder del proyecto, señaló que los resultados explican las causas de una condición llamada “hiperfagia hedónica”, que contagia a cientos de miles de personas en el mundo.

Este término se utiliza para definir a quienes comen por placer y no por hambre”, señaló el investigador, quien además indica que se trata de un padecimiento que le ocurre casi a todas las personas, por lo menos una vez en la vida. Y cuando se hace crónico, se convierte en un factor para la epidemia de obesidad y sobrepeso.

El equipo de investigadores de la FAU Erlangen-Nuremberg, en Erlangen, Alemania, comprobó este padecimiento en un experimento llevado a cabo con dos grupos de ratas de laboratorio.

A un grupo le dieron a consumir papas fritas y a otro comida para ratas. Después, utilizaron tecnología de resonancia magnética para escanear los cerebros de las ratas y encontraron diferencias entre la actividad cerebral de las mismas.

El equipo descubrió que, una de las razones por las cuales a la gente se le antoja este tipo de comida, aún con el estómago lleno, se debe a la gran cantidad de grasas y carbohidratos que envían un mensaje placentero al cerebro. En el estudio, aún cuando a ambos grupos de ratas se les suministró la misma cantidad de grasa, los animales se sentían más atraídos a las patatas que al alimento convencional.

Tobias Hoch explica que el efecto de las papas fritas en la actividad cerebral se debe a que contienenun ingrediente que las hace mucho más deseables que descubrieron a través de la resonancia magnética, en donde detectaron que la parte más activa en el cerebro de las ratas al comer es la zona que controla el sentimiento de recompensa y de adicción. Pero las papas fritas provocaban una actividad peculiar en las áreas del hambre, sueño y movimiento.

El hecho de que las papas fritas y otros alimentos estimulan el área de recompensa en el cerebro, puede ser una explicación de por qué a algunas personas no les gustan los aperitivos; esto se debe a que la zona de recompensa es diferente en cada persona y su actuación depende de las preferencias y gustos de cada individuo.

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