Hay personas que son fáciles de querer mientras que hay otros que te hacen sentir disgusto, asco y algo similar al odio. Y sin embargo, aún te encuentras pensando que podrías darle una oportunidad. ¿Pero por qué pasa esto? ¿Cómo podría atraerte una persona y a la vez causarte esa sensación de desprecio total? Aquí hay unas razones:

Es tabú y eso te atrae

La atracción y la química sexual pueden ser algo intangibles y difíciles de definir, pero suceden en un nivel inconsciente, así que no tienes control total sobre quién te atrae. De hecho, podemos sentir atracción por una gran gama de personas, pero sólo nos permitimos sentir esto por una pequeña cantidad de estas personas. Pero luego si sientes una atracción por, digamos el patán de la oficina, y sabes que no debes, en ese momento te autocenuras y de cierto modo lo haces ver más atractivo a la vez por convertirlo en algo prohibido.

Es nuevo

Quizá te interese porque es todo lo opuesto a lo que ya conoces. Te atraerá el hecho de que podría darte un escape de la manera que normalmente operas. En estos casos, esta persona podría molestarte, pero podría curarte de tu vida predecible. El hecho de que odies a esta persona también significa que le das mucha importancia, así que de una u otra manera estas bien enfocada en él.

Él sabe quién es

Odias que su autoestima sea tan grande, pero justo eso es algo que te parece atractivo en una persona. Así que aunque parezca prepotente, cosa que te irrita, el hecho de que tenga tanta seguridad en sí mismo y que le vaya bien es algo que te va a atraer independientemente. Incluso si esta persona lleva a cabo una vida totalmente ajena a lo que tú conoces.

Es un reto

Quizá se esté haciendo el difícil, ya sea que se de cuenta o no, y esta clase de dinámica desata el centro de recompensa en nuestro cerebro. Qué te mire por debajo de la nariz te irrita, pero también te hace querer ir detrás de él. Mientras más tengas que perseguirlo, más satisfacción sentirás cuando por fin lo atrapes.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.