En una sociedad dominada por la exterioridad de las imágenes, todos albergamos fantasías idealizadas de nosotros mismos.
De ahí, la consiguiente frustración, cuando se ven en una foto.
Explica el psicólogo Manuel Esbert para reflexionar sobre algunos descalabros que sufre nuestro narcisismo.
Y es cierto. Comúnmente, preferimos la falta de naturalidad, debido a la tensión por querer salir lo mejor retratados posible o el férreo sometimiento a un universo de ideales inalcanzables, en lugar de anhelar ser irrepetibles y redefinir la belleza en términos de armonía interna.
Este rechazo indica fragilidad personal, así como ansiedad por quedar bien y ofrecer a los demás una imagen atractiva.
Sin embargo, las fotos pueden ser armas en contra de los vaivenes emocionales.
El psiquiatra Eduardo Cabau emplea tiras de imágenes fotográficas para ayudar a sus pacientes a mejorar sus niveles de autoestima.
¿Cuál es su método?
- Correlaciona los comentarios del sujeto de la foto con la realidad objetiva de cada una de las imágenes.
- Por medio de las fotos, estudia, con detenimiento, el pasado del paciente (para tratar de encontrar posibles síntomas de depresión, complejos, etc.) e investiga la evolución vital del sujeto. Pretende comprender el problema que sufre a la hora de entender el presente.
- Busca si, en ese álbum fotográfico, existen periodos que revelen una alegría especial y trata de averiguar sus causas.
- Toda esa información ayuda al paciente a recomponer, paulatinamente, su universo emocional.
La opinión de la moda
Ramiro Martínez, fotógrafo de modas y espectáculos, dice que ser fotogénico no se trata de ser bonito o guapa, sino de una actitud ante la cámara.
En mi experiencia, quienes más se esfuerzan por lucir sus atributos son los menos fotogénicos. La fotogenia suele confundirse con el empeño en “parecer bonita o guapo”, pero es algo más subjetivo e intangible», Martínez.
Para salir bien en las fotos, el experto recomienda:
Relajarse. No hay que sufrir las fotos. Y nunca ponerse totalmente de frente a la cámara. Eso mata la figura y la posibilidad expresiva del rostro».
Fuente: Quo