El tabaquismo, la diabetes y la hipertensión acortan la edad de aparición del glaucoma, afirmó el oftalmólogo Adrián Beltrán Martínez.

Indicó que el glaucoma es la segunda causa de ceguera y por lo general aflora a partir de los 40 años, aunque factores como los arriba señalados tienden a adelantar su aparición.

“De origen impreciso aunque con un fuerte componente hereditario, el glaucoma es el segundo motivo de ceguera en la población adulta de 40 años y más, existiendo factores como tabaquismo, diabetes e hipertensión, que tienden a acortar la edad en que se manifiesta”, recalcó.

Explicó que la forma más común de esta enfermedad, caracterizada por un aumento en la presión interna del ojo, es la llamada de ángulo abierto, cuyo dato clínico más representativo es la pérdida de la visión periférica “se va cerrando el campo visual y el paciente tiende a tropezar con objetos a su lado, porque no los alcanza a ver”.

“Sucede en estos pacientes, en un momento dado, la producción de humor acuoso -el cual se forma en la parte anterior del globo ocular, entre el iris y la córnea- se altera y no puede drenarse a la misma velocidad en que se produce, provocando su acumulación y el consecuente incremento en la presión interna del ojo”, precisó.

En esta forma de glaucoma de ángulo abierto, el proceso es lento y no da síntomas, los cuales aparecen cuando el padecimiento ha avanzado y se traducen en el ya citado cierre del campo visual.

“El paciente es incapaz de ver lo que está a los lados y conforme avanza esta afección, parece que estuviera mirando a través de un “popote” o de un tubo”, dijo.

Indicó que otras formas de glaucoma incluyen la congénita que, como su nombre lo indica, aparece desde los primeros meses de vida del pequeño, que por lo general es un niño de ojos muy grandes, aunque sus padres no tengan esta característica.

Al paso de los primeros meses, aparece una mancha blanca en los ojos de estos niños, que en muchas ocasiones son diagnosticados en fases avanzadas porque “los papás se fascinan con los ojos tan grandes de los niños y no se percatan de lo que les está sucediendo”, apuntó.

Aunque se trata de un problema crónico, captado a tiempo el pronóstico para el paciente con glaucoma, mejora de manera sustancial con tratamientos que pueden ir desde la aplicación de gotas oftalmológicas para reducir la presión intraocular, hasta la cirugía como alternativa última.

El especialista recomendó tomar en cuenta los datos ya referidos de pérdida de la visión periférica, así como ver halos de luz alrededor de lámparas o focos, sin omitir la fotosensibilidad, es decir, una reacción extrema al contacto con fuentes luminosas, enrojecimiento de los ojos y eventualmente náuseas y vómitos.

Para el diagnóstico de ese mal, se deben hacer varios estudios que incluyen agudeza y medición del campo visual, de la presión intraocular (tonometría), y eventualmente se requerirá de una tomografía.

Lo deseable es que toda persona que rebase los 40 años, se haga con periodicidad un análisis del estado de sus ojos, en especial cuando además presenta alguno de los factores de riesgo, como: diabetes, hipertensión o tabaquismo que, reiteró, pueden adelantar la aparición de glaucoma.

Guadalajara, 24 Jul. (Notimex)