Happy

Lo más gracioso de la felicidad es que llega sin que te des cuenta o sin que muchas veces seas consciente de ello, esto a pesar de que trabajar para conseguirla es un componente crucial de este sentimiento, o al menos algo que se nos ha hecho creer, ya que las cosas materiales no provocan felicidad.

El consumismo, las presiones sociales y la competencia a la que la mayoría de la gente se enfrenta, son factores que poco a poco nos alejan de un estado de júbilo, no me refiero a que sea necesario que sonreír hasta que tu mandíbula se trabe, pero sí a mejorar la percepción de tu vida y lo que te rodea.

Si nos enfocamos en las derrotas y en lo que no tenemos, difícilmente podremos darnos cuenta de que eso no es la respuesta ni el camino para ser una persona feliz.

No obstante, si hay algo que te emocione en tu día a día, el trabajo, tu mascota, leer un libro; si te sientes querido y respaldado por tu familia y amigos; si tienes metas; si deseas cambiar aspectos negativos y si de pronto sin ninguna razón aparente tienes un lapso de alegría, entonces ya eres una persona feliz, y quizá no te habías percatado de eso.

Y es que por muy trillado que suene, la capacidad de agradecer y valorar lo que se tiene, salud, un techo, comida, personas queridas, un trabajo, eso que llaman “las pequeñas cosas”, hará tu vida más ligera, sin tanto problema que cargar y como consecuencia más feliz.