La exposición de la retrospectiva de Manuel Álvarez Bravo (1902-2002), uno de los principales fundadores de la fotografía moderna en México, fue presentada hoy en la capital española en la sala de exposiciones de una famosa fundación de seguros.

En esta exposición, además de las fotografías emblemáticas que distinguieron el trabajo de Álvarez Bravo, se incluyen otras inéditas y experimentales provenientes de su archivo como clichés de color y tomas cinematográficas experimentales de la década de los sesenta.

La selección enseña aspectos poco conocidos que poseen gran relevancia como motivos iconográficos que aparecen en sus imágenes de modo recurrente y revelan una estructura e intencionalidad lejana a la condición de lo “real maravilloso” mexicano.

La muestra, organizada en ocho grupos temáticos (Formar, Construir, Aparecer, Ver, Yacer, Exponerse, Caminar y Soñar) ofrece una selección de 152 fotografías sobre la tenacidad y coherencia de su evolución creativa.

El recorrido se acompaña de cinco proyecciones cinematográficas experimentales inéditas que muestran su trabajo fílmico y evidencian su relación con el cine durante más de 50 años.

Asimismo se exponen también algunos documentos como sus cuadernos de notas, programas de trabajo o la correspondencia que mantuvo con personalidades como el padre del fotorreportaje, Henri Cartier, o el también fotógrafo Edward Steichen.

Manuel Álvarez es considerado, gracias a sus ocho décadas de trabajo, una pieza importante para comprender el México del siglo XX.

Su compleja fotografía respondió a las profundas transformaciones iniciadas en México por la Revolución de 1910, el abandono progresivo de la vida rural y de las costumbres tradicionales, el surgimiento de una cultura post revolucionaria de influencia internacional y la adopción de una cultura moderna asociada a la vorágine de la urbe.

Su obra se caracterizó por ser un discurso poético propio, autónomo y coherente en sí mismo con influencia de la pintura gráfica, la literatura y la música, pero sobre todo del cine.

El trabajo de Álvarez Bravo se puede entender como una búsqueda de la fotografía como arte: una interrogación en torno a las relaciones entre imagen y lenguaje, cuerpo y cosas.

En el acto de presentación de la muestra, la mexicana Laura González, una de las comisarias de la misma, calificó a Álvarez Bravo como uno de los “maestros” de la fotografía moderna.

“Los títulos de sus obras con sus juegos de palabras que dan otro giro a las imágenes, su capacidad innovadora y su afán experimentador de las formas así como el lenguaje y sus obsesiones iconográficas hacen que hablemos de un genio de la especialidad”, aseveró.

González comentó la importancia de México para el artista: “Para él, su país era el mundo, se movía por todos lados pero siempre como puto de partida la ciudad de México”.

También destacó su trabajo con otros artistas: “Tuvo una gran influencia de la estética del gran pintor español Pablo Picasso, así como una particular relación con Salvador Dalí o el cineasta español Luis Buñuel”.

Gerardo Mosquera, el otro responsable de la retrospectiva, dijo que esta muestra hay que “apreciarla” porque tiene “una mirada diferente”.

“No solo debemos relacionarle con el México profundo o indígena, aunque conociera su ciudad y muy bien, porque era un hombre inquieto, culto y sobrio con una gran mirada exótica de mostrar México, pero tuvo grandes influencias de los artistas citados así como del escritor, periodista y vanguardista español Ramón Gómez de la Serna”, acotó.

Esta exposición se podrá visitar en la sala Castellana de la Fundación Mapfre del 13 de febrero al 19 de mayo. Madrid, 12 Feb. (Notimex)