Una cepa de la influenza aviar que los científicos creían que no podía infectar a seres humanos acaba de ser contraído por una mujer taiwanesa.
Dos compañías de farmacéuticos han reportado, cada uno por su cuenta, resultados de pruebas con humanos de una vacuna contra otro tipo de influenza aviar que fue identificado en abril en China y se cree que tiene una gran potencial de pandemia.
La mujer de 20 años fue hospitalizada en mayo con una infección pulmonar. Tras ser tratada con Tamiflu y antibióticos fue dada de alta. Una muestra fue enviada a un centro de control de enfermedades en Taiwan. Ahí es dónde fue identificado como la influenza H6N1 que se estaba contagiando entre pollos de la región.
La paciente trabajaba en una tienda de comida y no tenía una conexión obvia con aves vivas. Los investigadores no pudieron averiguar cómo contrajo el virus. Notaron que muchos miembros de su familia que tuvieron contacto con ella también presentaron síntomas de influenza, pero ninguno presentó el H6N1.
Desde que se desató por primera vez el virus H5N1 en 1996, funcionarios de la salud han estado monitoreando su progreso. Hasta la fecha ha matado a 600 personas, principalmente en Asia. Varios otros virus aviares, incluyendo el H7N9, también han causado preocupación pero ninguno ha mutado de una forma que se propague fácilmente entre humanos.
“La cuestión es ¿qué tomará para que estos virus evolucionen a cepas pandémicas?” escribió Marion Koopmans, un virólogo en el Instituto Nacional de Salud Pública y el Medio Ambiente de los Países Bajos.
Dijo que es preocupante que los científicos no tuvieran alguna advertencia previa de que estos virus podrían ser problemáticos hasta que la gente lo empiece a contraer. Los científicos observan a las aves para ver qué virus los esta matando para así determinar cuál sería problemático en humanos. Pero tanto el H6N1 y el H7N9 enferman mucho a las aves.
El H7N9 ha infectado a 137 personas y ha matado a 45 desde la última primavera. Científicos dicen haber probado una vacuna con 284 personas y las pruebas sugieren que tras dos inyecciones, la mayoría de los pacientes desarrollaron anticuerpos que los protegían.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.