La industria editorial nacional propicia la reflexión en torno a todos los temas
* Escribir cualquier cosa aniñada o añoñada no es hacer buena literatura infantil
En México se produce una gran cantidad de libros de calidad para niños, labor que también se refleja en el resto del mundo de habla en español, como lo muestra la presencia de autores y editoriales mexicana en las ferias internacionales del libro, aseguró Eliana Pasarán, subgerente de Obras para Niños y Jóvenes del Fondo de Cultura Económica (FCE).
Experta en el tema, Pasarán aseveró que existe gran interés de los editores de libros para niños en ofrecer lecturas de calidad, es decir, libros que sí representen oportunidades para que los niños amplíen su pensamiento crítico, su vocabulario, su forma de ver el mundo y la manera de descifrar las imágenes.
«Hoy, cambiamos la concepción de la lectura para tener lectores con una posición crítica y abierta al mundo», afirmó.
Durante una entrevista, señaló que todos los editores de literatura infantil «estamos conscientes del papel que nos toca jugar, es decir, contribuir a la mejor formación de buenos lectores en México, y lo hacemos con pasión, profesionalismo y buscando que los niños y sus padres lean y tengan un acercamiento gozoso a la lectura como base de una formación humana integral».
En ese marco de desarrollo, la experta recalcó que actualmente los niños y las niñas demandan lecturas sobre todos los temas, porque todo es significativo para ellos. Sin embargo, advirtió desde su experiencia como editora, «lo importante es cómo los autores abordan esos contenidos; sólo si un autor tiene pericia, dominio de la estructura narrativa e interés por los niños, puede escribir un libro valioso».
Pasarán consideró que a los pequeños lectores no se les debe ocultar ningún tema, «aunque los libros no son para educar ni enseñar valores, pues para eso están los padres». Sin embargo, dijo, los libros hacen ver que todo es parte de la realidad en la que vivimos. «A partir de la buena construcción de los personajes y la hondura de las formas, se puede reflexionar en torno a los temas interesantes para ellos».
Un ejemplo es «Mambrú perdió la guerra», de Irene Vasco, con ilustraciones de Daniel Rabanal publicado en 2012 por el FCE. «Habla de la terrible violencia en Latinoamérica, donde el narcotráfico, la política y otros signos de los tiempos modernos hacen muy difícil la vida cotidiana en colonias, barrios y comunidades diversos países de la zona latinoamericana. También habla de miedos y temores.
Consecuentemente, la industria editorial mexicana y concretamente el FCE ofrece muchas oportunidades para reflexionar en torno a esos temas, para que los niños hagan conciencia de que hay muchas realidades que conviven en un solo país.
«Por eso nunca debemos censurar un tema, más bien, debemos acompañar a los pequeños lectores en su proceso de maduración y de asombro frente al mundo».
En ese sentido, el FCE, evalúa con sumo cuidado todas las propuestas que recibe, tanto de autores como de ilustradores nacionales y extranjeros. «Preferimos un buen libro que un mal autor, trátese de quien se trate. Si los libros para el público infantil son escritos por adultos, hay que exigirle al adulto rigor en sus formas y compromiso en formas para con los niños y su propia literatura», sentenció luego.
Eliana Pasarán: «En el FCE odiamos a los autores que se acercan a los niños de manera condescendiente o paternalista y no los toman en serio como lectores. Pensamos que la literatura para niños se debe pensar en esa etapa primordial para todo ser humano, época en habita la tierra de la primera vez, cuando se cocinan las aficiones que nos van a acompañar durante todo el resto de nuestra vida».
Por eso, subrayó, la entrevistada basada en su experiencia, «exigimos en todos nuestros autores pericia y compromiso con su escritura. Ese es el primer filtro literario que tenemos en el FCE para que nuestras historias ofrezcan lecturas de muchos niveles y para que la pluma del autor sea capaz de conmover a un niño por la fuerza de sus palabras, por cómo se expresa y como aborda un tema».
Desde su perspectiva de editora, lo anterior aplica sin distingos y sin importar que los libros estén dirigidos a niños sumamente pequeños porque, de acuerdo con la experta, «ahí radica la fuerza del autor, en saberse dirigir a un público tan difícil y tan complejo como es el más menudo. La mayoría de la gente piensa que con escribir cualquier cosa aniñada o añoñada, ya se está haciendo literatura infantil».
Enfatizó que eso no es conocer a los niños, ni es conocer la etapa de desarrollo de las habilidades lectoras y los intereses que poco a poco van teniendo los infantes.
«Es por eso que nos interesan y confiamos en los autores que se adentran en el mundo infantil con fuerza y valentía en lo profundo del imaginario de los pequeños; por eso, tenemos las mejores voces artísticas, plásticas y gráficas».
Reconoció que los álbumes y libros que publica el FCE tienen una alta calidad de textos e imágenes, y recordó que los libros también se leen solamente a partir de imágenes que representan otra forma de leer el mundo.
«Nos encantan los libros sin palabras, que se sostienen narrativamente a través de una asociación de imágenes que van narrando una historia o dos o tres o cuatro en una sola página».
Estableció: «Un niño no disfruta un libro sino porque le dice algo, por ello, la colección del FCE para este sector de la población no está dividida por edades sino por etapas lectoras, considerando las enormes diferencias socioeconómicas que se viven en este gran país, donde hay niños que tienen la fortuna de tener libros desde pequeños y donde existen otros que no tienen acceso a los libros».
Afloró la reflexión en su mente y rápido la dejó escapar al acotar que «todo niño que crece entre libros y tiene acceso a la lectura, tiene distintas capacidades para enfrentar el mundo, lo mismo que mejores oportunidades de comprender de mejor manera lo que le rodea, por eso abogamos porque los niños y las niñas de México tengan libros desde su primerísima infancia, si es posible, desde que son bebés o antes».
Para este 30 de abril, recomienda que los padres lean con sus hijos e invitó a grandes y chicos a disfrutar de la lectura. «Los papás se deben dar la oportunidad de acercarse a los libros para niños. Empezar a leer y disfrutar juntos un bien libro, siempre es una manera de tener un placer grandioso, como cuando se comparte una buena película o una buena comida con la familia».
Finalmente, Eliana Pasarán, subgerente de Obras para Niños y Jóvenes del FCE, invitó a los lectores de todas las edades a checar fechas y horarios para ser parte en las actividades de promoción a la lectura, narraciones orales, cuentacuentos, rifas y presencia de personajes de los libros que se van a sortear, que tendrán lugar en diversas librerías del Fondo en la Ciudad de México y otras entidades.
México, 30 Abr. (Notimex)