Nada dura para siempre, ni siquiera los electrónicos. Sin piezas que se muevan, los aparatos electrónicos no parecen algo que pueda desgastarse, sin embargo, hasta un módulo estándar de memoria con no más que un capacitor y un transitor puede fallar con el tiempo.
Expertos de fiabilidad de sistemas saben relativamente poco sobre la duración de la vida de componentes electrónicos. No hay muchos datos debido a que la gente no suele esperar a que su computadora deje de funcionar antes de cambiarla. Además de que los manufactureros no les gusta publicar el tiempo estimado que funcionan estos componentes. El ambiente en las pruebas de laboratorio raramente se encuentran a la par con el campo donde las temperaturas cambian constantemente, los componentes se encuentran en movimiento y se acumula el polvo.
Se conocen unos cuántos hechos. En 2014 se publicaron unas estadísticas de fiabilidad para una empresa de almacenamiento de datos que tiene unos 35,000 discos funcionando en todo momento. Se descubrió que 5% de los discos de esta empresa no cumplen con sus primeros 18 meses, seguro pro fallas de fábrica. A lo largo del siguiente año y medio, cualquier disco que haya sobrevivido tenían una taza de falla del 1.4% y después de tres años de uso, los discos sobrevivientes fallaban al azar con una taza del 11% anualmente.
Los expertos de fiabilidad le dicen a esto la “curva de tina” por sus tazas infladas de fallas en temprana edad y más en su vieja edad. La curva aplica sólo a las piezas que se mueven de los discos duros. Pero el software también puede volverse viejo e incompetente. Los exploradores de internet filtran memoria con el tiempo y archivos de sistema que se usan frecuentemente brindan acceso menos eficiente a los datos de un usuario.
Este “envejecimiento” quizá no resulte en la muerte de la computadora, pero sí lo podría alentar hasta un grado donde ya no sirva, que en algún punto es lo mismo que estar roto.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.