[span6] En una nueva disputa pese al inminente vencimiento de un plazo, el Senado desechó ayer los planes de último minuto para bloquear la aplicación de 85 mil millones de dólares en reducciones al gasto fiscal, mientras el presidente Barack Obama y los republicanos se culpaban mutuamente por el más reciente estancamiento, y el Gobierno se preparaba para poner en vigencia los temidos recortes.
Tan obcecados se hallaban ambos partidos en sus posturas que el capellán del Senado, Barry Black, inició la sesión con una plegaria que imploraba la intervención de un poder supremo para aplacar el efecto de los recortes a partir de este viernes.
“Manifiéstate, ¡oh, Señor!, y sálvanos de nosotros mismos”, dijo en referencia a los recortes.
El impacto inmediato de las reducciones sobre la ciudadanía era incierto y el Gobierno se abstuvo de reiterar sus advertencias iniciales de que se verían largas colas en los aeropuertos y que el despido de los maestros podría afectar a las escuelas.
En el Senado, una propuesta republicana, la cual requería que Obama propusiera recortes alternativos que pudieran provocar menos interrupción de servicios esenciales del Gobierno, fracasó con la oposición de una mayoría demócrata, 62-38.
Momentos después, una alternativa demócrata de extender los recortes durante una década y reemplazar la mitad con un aumento de impuestos a los millonarios y a las corporaciones ganó por un diferencia mínima de 51-49, pero no contó con los 60 votos necesarios para la aprobación. Los republicanos se opusieron en forma unánime.
Obama arremetió contra los republicanos en una declaración escrita después de las votaciones. “Votaron a fin de permitir que todo el peso de la reducción del déficit cayera por completo sobre la clase media”, destacó.
Señaló que podría reunirse hoy con los líderes del Congreso de ambos partidos en la Casa Blanca, pero nadie espera resultado alguno antes de que los recortes entren en vigencia.
Obama añadió, “podemos construir sobre los 2.5 billones de dólares en la reducción de déficit que ya hemos logrado, pero eso requerirá del compromiso de los republicanos. Es así como funciona la democracia y eso es lo que el pueblo estadounidense se merece”.
El presidente de la Cámara de Representantes John Boehner, dijo que “Obama y los demócratas del Senado exigen un mayor aumento tributario para generar un mayor gasto como estímulo”.[/span6]
[span5]Aunque los recortes laborales han provocado temor entre algunos, especialmente ciertos empleados federales, se notaba escasa señal de preocupación entre las empresas y ni el menor asomo de pánico en el país. Los mercados bursátiles bajaron ligeramente en la jornada después de haber alcanzado alzas casi sin precedente. Y, a diferencia del “precipicio fiscal” que se evitó por poco al comienzo de este año, no hay plazos para adoptar medidas a fin de impedir aumentos impositivos que puedan afectar a casi todos los estadounidenses.
Sin embargo se hablaba de una crisis.
El proyecto republicano derrotado hubiese requerido que Obama tratara de reemplazar los recortes presupuestarios para evitar que afecten a programas prioritarios como el control de tráfico aéreo, las cortes federales y la inspección sanitaria de las carnes.
Los demócratas y la Casa Blanca se opusieron al proyecto, que hubiera ratificado 85 mil millones en recortes hasta 30 de septiembre, cuando finaliza el año fiscal.
Los demócratas, que controlan el Senado, presionaron a favor de un plan de 110 mil millones que evitaría los recortes hasta el final de este año. Ese plan contempla reducir en 5% el presupuesto de entidades nacionales y 8% del Pentágono, pero no tocaría varios programas sociales importantes, como el Seguro Social, el Medicaid, el Medicare, ni los cupones de alimentos.
Por ahora, Obama no puede reducir los gastos de defensa en más de 43 mil millones de dólares y no podría aumentar los impuestos para compensar la reducción de gastos.
Andrew Taylor/Associated Press. [/span5]