El nuevo juguete de Apple comenzará a tener forma en mayo y podría ver la luz en septiembre. Llegados a este punto de versiones del teléfono, la inquietud aumenta por saber qué novedades traerá el siguiente terminal
Todo apunta a que será más fino y grande que el actual iPhone 5s. Algo alarmante si se tiene en cuenta que hay que hacer malabares para llegar con el pulgar a la parte más alta del móvil. Y si ya parece una hoja de papel, tampoco hay lugar en la imaginación para adivinar cómo se las van a ingeniar para dar con un aparato más delgado.
Seis versiones de un mismo teléfono móvil que, en rasgos generales y hasta ahora, sólo se ha visto modificación en el tamaño, color y alguna que otra mejora en la cámara.
Puestos a pedir y, sobre todo, teniendo en cuenta lo que piden ellos por hacerse con uno de estos aparatos, lo mínimo es conseguir que el teléfono hable; que cuando se pierda él mismo diga dónde está.
También que, cuando uno se encuentre en la otra parte de la casa, el teléfono informe de que se puede continuar haciendo lo que se esté haciendo porque no ha entrado nada nuevo. Vale que ahora hay notificaciones con sonido, pero es necesario que una voz interna del teléfono grite para escucharlo mejor. La propia Siri podría hacerlo perfectamente, que es mujer y se gastaría buenos pulmones.
Otra petición sería pasar de la cifra 16G a algo más aceptable. Y si es posible sin modificar el precio, que bastante cuestan ya.
Se trata de un teléfono inteligente y como tal debería transportarse él solito para que cuando suene no haya que superar los resultados obtenidos por Usain Bolt. Que dejen de dotarle de tamaño y le doten de piernas.
Una vez más, dado el alto precio que hay que pagar por ellos, podrían incluir mejoras realistas y comprobadas a simple vista. Las mejoras que supuestamente incluía el último modelo en comparación al iPhone 5 son de risa.
Apostar todo en el tiempo de realizar las copias de seguridad, es decir, no superar el minuto y medio.
Otra posibilidad sería hacer pantallas más resistentes, simplemente, a la vista. Se acepta que sigan apostando por el cristal, pero si es zafiro mucho mejor (como el botón del iPhone 5s).
Cargadores más largos. Esto es una necesidad urgente. Eso o que las fábricas de enchufes los incluyan en los cabeceros de las camas.
Sumergibles. Resulta duro tener que dejar de comprobar las redes sociales para irse a la ducha o bañarse en la playa.
La oportunidad de tener mil ventanas abiertas sin tener que recurrir al botón para poder verlas todas.
Nunca está demás tener un detalle con el cliente y sería un gesto muy agradecido que cada móvil, además de cascos y cargador, trajera dos láminas para proteger el móvil. Son tan delicados que uno no sabe cómo cogerlos sin hacerles daño.