Hay gente que no tiene idea de la diferencia entre los espacios públicos y los personales, lo cual a veces puede resultar incómodo. Sin embargo, hay niveles de incomodidad y esta es lo más raro que hemos encontrado hasta ahora.
Se trata de una broma hecha por Daniel Fernández a una bola de extraños al azar en un elevador. Desde invadir el espacio de la gente, cantar a todo pulmón y fingir un orgasmo… él hace de todo y sin duda de la manera más divertida: