Asumiendo que estás comiendo un desayuno que incluya un poco de proteína y un carbohidrato alto en fibra, como la avena con una cucharada de nueces, si al saber que ya falta poco para comer y te causa hambre, puede que lo que estés experimentando no sea hambre real.

Muchos pasamos demasiado tiempo en nuestras vidas sobre la comida, e Instagram de comida no ayudan. Por esta razón nuestros cuerpos y nuestras mentes se engañan a sí mismas de que necesitamos comida.

Aprende a evaluar tus niveles de hambre. Cuando sientas que tienes hambre que aún no ha pasado suficiente tiempo desde que comiste por última vez que comiste, pregúntate si realmente estás listo para otro almuerzo o si sólo quieres algo pequeño para aguantar, cuando no estás muerto de hambre pero tampoco lleno, por ejemplo.

Cuando aprendas a estar en contacto con tu cuerpo aprenderás a distinguir cuando realmente tienes hambre o si sólo se trata de antojos.

Aveces se te va a antojar comerte algo sin pensar, eso está bien de vez en cuando. Para esto intenta tener algo sano como zanahoria y pepino picado guardado en el refrigerador.

O si tu cuerpo prefiere pequeños almuerzos a lo largo del día, intenta repartir una ensalada verde con cuatro onzas de pollo rostizado, yogurt griego con una cucharada de nueces molidas y una manzana con una cucharada de crema de cacahuate.

Esto debería ayudarte para aguantar a lo largo del día hasta que llegues a tu casa para una cena saludable.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.