Sin duda, las muertes recientes de los actores Philip Seymour Hoffman y Paul Walker fueron trágicas, considerando no sólo su talento, sino su juventud. En sus casos, al igual que en muchos en el pasado, también han sufrido equipos enteros de producción que han perdido sus estrellas en pleno rodaje.

¿Qué hacer cuando el final de su película depende de un actor que ha dejado de existir?

Hoffman estaba participando en no una, sino dos secuelas de “The Hunger Games” (Los juegos del hambre), en las que interpretaba al juez Plutarch Heavensbee, cuando fue encontrado muerto aparentemente por una sobredosis de heroína, el 2 de febrero.

Según artículos de los periódicos The Sydney Morning Herald y The Wall Street Journal, prácticamente ya había terminado con su actuación y sólo faltaban siete días de rodaje, así que el director Francis Lawrence está rehaciendo una escena para no requerir del personaje.

El diario británico The Telegraph cita la misma información, de que la producción de ambas secuelas no se alterará, ni sus fechas de estreno.

Más complicado es el caso de Walker, que pereció en un accidente automovilístico el 1° de diciembre pasado, dejando mucho trabajo pendiente en “Fast & Furious 7”.

Su personaje, Brian O’Conner, era central en la franquicia, habiendo estado ausente sólo en una de las siete películas. El protagonista, Vin Diesel, reveló el cambio de fecha de estreno pero, hagan lo que hagan esta vez, O’Conner no volverá más.

Dilemas de Hollywood

Philip Seymour Hoffman y Woody HarrelsonPlutarch Heavensbee es un personaje importante en las próximas dos entregas de “The Hunger Games”.

Los tiempos han cambiado. Cuando Marilyn Monroe falleció en 1962, acababa de reanudar la filmación de “Something’s Got to Give”, junto a Dean Martin, tras una serie de contratiempos: ausencia, enfermedad e incluso despedida.

La película no pudo terminarse; sólo se usó una edición especial para el documental de 2001 “Marilyn: The Final Days”, que también expone las tribulaciones de la actriz, como sus problemas con las drogas -murió de una sobredosis de barbitúricos- y el alcohol, sus depresiones y aventuras amorosas.

El astro de las artes marciales, Bruce Lee, falleció en 1973 al ingerir una medicina para el dolor de cabeza, antes de terminar el rodaje de “Game of Death”.

La película -cuyo título en español es, paradójicamente, “El juego de la muerte”- quedó inconclusa y recién se completó con el uso de un doble, montajes y sombras y se estrenó en 1978, pero sólo tiene 20 minutos con la presencia de Lee. Cabe destacar que los efectos especiales entonces no eran tan buenos como ahora.

Como si fuera una maldición familiar, el hijo de Lee, Brandon, perdió la vida en plena filmación de “El cuervo”, en 1993, de un disparo con una pistola de utilería que por error tenía una bala de verdad. La película fue terminada con el uso de un doble y los efectos digitales disponibles.

Otro actor que murió en 1993 fue River Phoenix, de una sobredosis, cuando sólo faltaban tres semanas para terminar el rodaje de “Dark Blood”.

Tuvieron que pasar 19 años para que se estrenara en algunos festivales cinematográficos, después de que el director George Sluizer superara algunos escollos legales con la familia del difunto y la completara con el uso de fotos y su propia voz para darle alguna coherencia.

Usar la imaginación

Heath Ledger en "The Imaginarium of Doctor Parnassus"El personaje de Heath Ledger se repartió entre Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell.

Cuando murió Heath Ledger en 2009, intoxicado por una combinación con pastillas recetadas, se habló mucho del vacío que dejó en la promoción de la película “The Dark Knight”, secuela de “Batman Begins”.

Él era el centro de la atención de la campaña publicitaria y, de hecho, ganó varios premios póstumos por su actuación, incluidos el Globo de Oro y el Oscar.

Pero el rodaje ya había terminado, a diferencia de “The Imaginarium of Doctor Parnassus”, una fantasía escrita y dirigida por Terry Gilliam, exintegrante del grupo cómico británico Monty Python.

Gilliam siempre ha sido un director con mucha imaginación y decidió terminar el rodaje de “Parnassus” reemplazando a Ledger con otros tres actores en tres secuencias distintas y acordes con el carácter fantástico de la obra.

Así, cada vez que cruzaba un espejo mágico, el Tony de Ledger se multiplicaba, encarnado por Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell, quienes donaron sus honorarios a la hija que dejó huérfana, Matilda.

Oliver Reed murió durante el rodaje de “Gladiador” en 1999, cuando quedaba poco por hacer. La solución fue reescribir parte del guión para incluir secuencias ya filmadas del actor, con el uso de un doble en las tomas más amplias, que después fue reemplazado digitalmente.

No es gratuito que el supervisor de efectos especiales, Rob Harvey, ganara un Oscar por su trabajo.

“Cuando falleció tuvimos que darle sentido a todo el final de la película”, indica. “Es algo muy extraño, particularlmente en aquel entonces, cuando la tecnología no estaba realmente allí… Fue una manipulación ingeniosa de dirección y escritura; tratamos de hacerlo con el mejor gusto posible”.

John Candy sufrió un infarto fatal en Durango, México, en 1994, cuando sólo faltaba terminar un par de secuencias de “Wagons East!”, completadas con un doble y efectos especiales.

El precio de la pérdida

Donald Sutherland y Philip Seymour HoffmanHoffman prácticamente había terminado de filmar sus escenas para “The Hunger Games”.

La pérdida de un actor en pleno rodaje y su reemplazo pueden ser costosos.

Por ejemplo, Natalie Wood se ahogó casi al final del rodaje de “Brainstorm”, en 1981, pero la película se estrenó dos años después, debido a los problemas financieros del estudio MGM. Al ver el interés de otros estudios por terminarla, MGM recapacitó y lo poco que quedaba pendiente se hizo con una doble.

De todos modos, las producciones suelen tener cobertura de seguros, que les permitiría empezar de cero si fuera necesario, pero también tienen su precio.

“Muchas veces cuando alguien se rompe una pierna, el rodaje se debe suspender una o dos semanas hasta que la persona se mejore”, explica Matthew Torrible, director de Quartz Insurance Brokers Ltd. “Si alguien muere, el seguro paga para reparar y editar, para rodar con otro actor y reescribir lo que haga falta, o para abandonar el proyecto”.

Puede que las compañías de seguros no paguen, si la causa de la muerte tiene que ver con algún historial médico que esté excluido de la póliza, aunque es posible mitigar ese riesgo.

Según Torrible, es muy raro que se abandone una película “porque hay una presión comercial grande para que finalice la producción”. En casos como el de Hoffman, a quien le quedaba muy poco trabajo pendiente, se justificaría el uso de efectos especiales.

Pero a Rob Harvey le preocupa la noción de crear un actor generado por computadora. “Se puede lograr un personaje generado por computadora o usar captura de movimiento de otra escena y applicarla al modelo, pero jamás será él mismo”.

Cuando la joven cantante y actriz Aaliyah falleció repentinamente en un accidente de aviación en 2001, estaba en el reparto de las secuelas de “The Matrix”, pero no había empezado el rodaje, de modo que simplemente fue reemplazada por Nona Gaye.

(BBC)