Los hoyos negros tienen una mala reputación. Son conocidos por atraer todo lo que se encuentra a su alrededor, pero la materia si puede soltarse de su fuerza de atracción en la forma de chorros.

Aunque unos astrónomos han estado conscientes de este hecho desde hace casi medio siglo, no sabían en realidad de qué estaban conformados estos chorros hasta el otoño pasado.

Después de observar un hoyo negro en la Vía Láctea, que se estimaba que tenía diez veces la masa de nuestro Sol. Un equipo internacional de astrofísicos descubrieron que los chorros estaban compuestos principalmente de electrones y núcleos atómicos, incluyendo aquellos de metales pesados, como el hierro y el níquel.

Con núcleos más pesados, los chorros cargan con enormes cantidades de masa y energía del hoyo negro hacia el espacio. En algunos casos, son tan poderosos que pueden crear ondas de choque que pueden hacer colpsar las nubes de gases que los rodean, creando nuevas estrellas.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.