No será sorpresa para los conocedores del whiskey, pero la escasez de bourbon no parece que cederá pronto. La popularidad de la bebida ha incrementado la demanda a tal nivel que ya es imposible cumplir con la demanda.
Buffalo Trace – una destilería de 228 años – continuará surtiendo a todos sus mercados mensualmente y seguirá lanzando su whiskey premium anualmente.
Aunque el impacto de la escasez podría no sentirse inmediatamente por el consumidor típico, hay problemas en el horizonte. Condiciones muy especificas se tienen que cumplir para que un whiskey se pueda clasificar como bourbon.
La empresa no ha podido conseguir la madera necesaria para hacer los barriles dónde se deja añejar el whiskey para crear el bourbon. Sumale a eso un interés cada vez más grande y cada vez se ve más grave la escasez.
Aunque el peligro de que deje de existir completamente el bourbon en licorerías es poco, la escasez puede conseguir que las destilerías añejen por menos tiempo el bourbon o subirán los precios. Cualquiera que sea el caso, le saldrá más caro a los destiladores o al consumidor.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.