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Hace algunos años, recuerdo que esta era la pregunta que nos hacíamos cuando Michael Schumacher corría su Ferrari a lo largo de los circuitos del campeonato de Formula 1. Era una constante y hasta cierto punto «normal» estar acostumbrados a escuchar el himno alemán seguido del italiano al término de las carreras.
Hoy: es otro alemán que desde hace 4 años tiene secuestrado el peldaño marcado con el 1, en la máxima categoría. Y es que, al ver la carrera de ayer y el dominio aplastante del RB9 y Sebastian Vettel, lo único que pude pensar nuevamente fue: «¿Quién quedó segundo?» Tristemente para los tifosis, la película se ha repetido en los últimos 3 años, ver a Vettel en primer lugar y a Alonso en segundo.
Cuando Schumacher se retiró por primera vez de la F1, yo sabía que de regresar, no obtendría ningún logro significativo otra vez y que todos los récords que había conseguido serían casi imposibles de, si quiera, acercárceles, mucho menos pensar en superarlos. Sin embargo, al ver manejar al «Joven Maravilla» me pongo a pensar que es cuestión de tiempo para que éstos caigan. Siendo el mismo Schumi, quien dijera que Vettel llegará a conseguir siete campeonatos del mundo. Tal parece que el único auto capaz de mantenerlo atrás de él, es el Safety Car y lo único que lo puede detener es la bandera a cuadros.
Quizá, y sólo quizá, un detalle que pueda menguar este dominio del binomio austriaco-alemán puedan ser las nuevas especificaciones técnicas del coche para el próximo año; pero conociendo a Adrian Newey y a Christian Horner, seguramente tienen casi listo el auto para la próxima temporada.
Por el momento sólo nos queda seguir siendo testigos y disfrutar del legado que Seb está construyendo a la misma velocidad del RB9.