No te preocupes, suena mucho más dramático de lo que es. Un divorcio de cama significa que tú y tu pareja simplemente empiecen a dormir en camas distintas.

Esto puede ser por varias razones: ronquidos, uno de los dos se mueve mucho mientras duerme, a uno le gusta leer antes de dormir y la luz molesta al otro, no porque tengan problemas como pareja, no te preocupes.

¿Por qué considerar un divorcio de cama?

Dormirás mejor, es lo más lógico que tú y tu pareja duerman separado si los hábitos nocturnos de uno afectan negativamente el sueño del otro.

El sueño es bastante importante, ahí al mismo nivel que el ejercicio y la alimentación y dormir mal impacta mucho más que tu relación.

Hasta pueden hacerlo día por día y no un cambio permanente. Digamos que tienes una junta muy importante mañana temprano, esta sería una buena ocasión para dormir separados. También de este modo pueden ver si no es algo que quisieran hacer permanente.

¿Puede ser malo para la relación?

Está mal pensar que para tener una relación sana tengan que dormir juntos. Cómo duermes es una decisión personal, es posible que dos personas se amen mucho y duerman en camas separadas.

Es común que uno de los dos se moleste cuando el otro quiera dormir separado, pero es importante que le expliques a tu pareja en estos casos que no tiene nada que ver con ella. Si tu pareja es la que quiere dormir separada, intenta no tomartelo personal.

Según un estudio, 38% de la gente ha tenido problemas en su relación por los problemas de sueño de su pareja.

Así que no lo veas como algo malo, sino algo que ayudará a mejorar tu relación.

¿Cómo empezar?

No todos tienen el lujo de tener una segunda cama o recámara, pero si en tu caso sí, invierte un poco en tu comodidad y consigue cosas que te ayudarán a relajarte mejor.

Con cuartos separados, cada uno de los dos puede tener la recámara perfecta para dormir de la mejor manera posible. Piensa en la calidad de las sábanas, el colchón, la temperatura, etc.

Si no tienes cuartos separados, unos de los dos podría dormir en el sillón temporalmente en situaciones como la de la junta de trabajo y con el entendimiento de que no es permanente.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.