teatro, danza de salón, México, DF

La historia de la Ciudad de México a través de los bailes de salón que han estado de moda en diversas épocas y que han marcado la vida de los habitantes de la capital, es mostrada en el espectáculo “Mi chido cantón chilango”, presentado anoche en el Teatro de la Danza del Centro Cultural del Bosque.

Bajo la dirección de Raquel Barroso Pérez, la función consta de cerca de 15 cuadros coreográficos a cargo de la Compañía Mexicana de Danza Folklórica, en los que más de 50 bailarines hacen un repaso por diferentes ritmos y bailes que han dejado huella en esta metrópoli.

“Cha, cha, chá”, “rock”, “swing”, “mambo”, quebradita y hasta salsa, son algunos de los ritmos que se hacen presentes en el escenario y mediante los cuales estos virtuosos del baile cuentan además una historia de amor.

Se trata de una pareja que se conoce en Veracruz bailando danzón, luego viaja a la Ciudad de México, donde vive toda una serie de aventuras.

“Todo comienza cuando se les termina el dinero, pasan a no tener nada y entonces empiezan a vivir en lugares humildes; de la oportunidad y comienzan a tener contacto con la gente de barrio, de vecindad, y a bailar no sólo danzón, sino todo tipo de ritmos.

En medio de ello tienen a sus hijos y viven una serie de situaciones hasta llegar a lo que será la salsa, que es lo actual, comentó a Notimex Barroso Pérez.

A través de esta serie de vivencias, es como se cuenta la evolución de esta humilde pareja. Al final, uno de los protagonistas expresa que le ha costado mucho trabajo vivir pero que no le importó haber vivido bailando en esta ciudad a la que ha adoptado como su hogar.

Con coreografías de entre dos y tres minutos, la agrupación que ha pisado varios escenarios en Estados Unidos y Europa, ofrece un espectáculo muy movido, donde los presentes son trasladados a la época de la rumberas, de los años 40, de la música de salón, de los rockeros y otros géneros que han dejado huella.

Un telón con decorado de la Ciudad de México y elaborado por los Hermanos Lugo en paliacate, el cual brinda la sensación de estar en un salón, da vida a este “show”, en el que el vestuario es otro de los elementos que van marcando las diferentes épocas.

“La idea con esta coreografía es la formación de varios públicos, es decir, apostarle a la gente que vive en esta ciudad, lo que se ha bailado a lo largo del tiempo y que varios de estos ritmos permanecen en el gusto de la gente y es parte de la cultura popular mexicana”, señaló la coreógrafa Barroso Pérez.

Convencida de que el trabajo de los bailarines es poco valorado, dijo que el título del espectáculo “es justo como la gente se expresa, y al final, formamos parte de esta cultura, de esta sociedad, entonces, es darle un sentido coloquial y popular”.

 México, 16 Jul. (Notimex).