Quizás fue sólo curiosidad. Pero tal vez también influyó el hecho de que tras llegar virgen al matrimonio, a los 27 años, su noche de bodas fuera un desastre.

Alfred Kinsey fue el mayor recopilador de datos relacionados con el sexo y publicó dos informes que generaron escándalo y ruptura a partes iguales. El texto relativo a la sexualidad de la mujer, que provocó un gran escándalo, cumplió 60 años el viernes.

Kinsey no parecía precisamente un ilustrado con su aspecto desgreñado y las pajaritas y trajes bastante pasados de moda para finales de la década de los 40.

Sus ponencias eran monótonas, pero estaba considerado un experto. Un experto en cinípidos, un tipo de avispas. Este experto en insectos dedicó más de 20 años al estudio de animales antes de darse cuenta de que en Estados Unidos se sabía más de los comportamientos de apareamientos de los cinípidos que de las personas.

Así que, junto a sus colaboradores, entrevistó en profundidad a miles de personas. El informe sobre la sexualidad de los hombres, publicado en 1948, ya generó escándalo.

En él, Kinsey afirmó que la homosexualidad no es un comportamiento tan atípico y que los sentimientos homosexuales están ampliamente extendidos también entre los heterosexuales.

Además abordó el tema de la masturbación e incluso el de la excitación a través de relatos sadomasoquistas, que afirmaba sentir casi uno de cada cuatro.

¿Y las mujeres? Una de cada cuatro no era precisamente fiel, afirmó Kinsey en su informe de 1953, elaborado a partir de 6.000 entrevistas. Además, casi la mitad no llegaban vírgenes al matrimonio.

En las 1.600 páginas del estudio estaba detallada además la frecuencia y manera en la que mujeres católicas, protestantes o judías llegaban al orgasmo, fuera o dentro del matrimonio.

Un escándalo para la sociedad de la época. Algunos críticos de Kinsey se preguntaban si no habría entrevistado precisamente a la gente más abierta o expermiental en lo que a sexualidad se refería. Otros le criticaban por haber investigado a las personas como animales.

El título del informe, “Comportamiento sexual en la mujer”, ya mostraba que Kinsey dejó a un lado valores como los sentimientos o la psicología. Más de medio siglo después, las críticas no se han acallado. Incluso religiosos y feministas coinciden.

Y algunos expertos critican que supuestamente Kinsey apoyase sus conclusiones sobre la sexualidad de los niños en las experiencias de un pedófilo. ¿Estaba obsesionado con el sexo? ¿O con la investigación?

Kinsey hizo que 2.000 hombres se masturbaran ante una cámara para descubrir si el esperma salta o gotea. Y organizó camas redondas entre sus colaboradores, sus parejas y otros voluntarios para observarlas. “Desde que mi marido empezó con el sexo, apenas le veo”, se lamentó en una ocasión su esposa.

Pero para muchos otros, los trabajos de este investigador estadounidense supusieron una liberación. “Yo crecí en los 50 y 60 en Irlanda y viví un mundo lleno de tabúes sexuales y mojigatería”, aseguró el actor Liam Neeson, quien en 2004 interpretó a Kinsey en la película del mismo nombre.

“Debo decir que el trabajo de Kinsey es inestimable”, reconoció la estrella de Hollywood. El fallecido sexólogo alemán Oswalt Kolle era otro de sus defensores. “Sin el informe Kinsey nuestro siglo habría sido diferente”, aseguró en 1998.

Fuente: El Nacional