Imaginemos un instrumento que permite ver la estructura de un puente por dentro con todo detalle antes de construirlo, o analizar el escáner cerebral de un paciente en busca de irregularidades que apunten la causa de su enfermedad. La herramienta existe, se llama CAVE2 y es quizá la sala de realidad virtual más sofisticada construida hasta ahora.
Situada en la Universidad de Illinois, en Chicago, y construido con el apoyo de la National Science Foundation (NSF), el Laboratorio de Visualización Electrónica (EVL) contiene una pantalla de 320 grados y dos metros y medio de altura construida con 72 paneles de cristal líquido que permite a los científicos aventurarse en el interior de las estructuras que estudian como nunca antes habían hecho.
«Este es el tipo de instrumento perfecto para hacer que el cerebro humano pueda comprender y encontrar sentido a enormes cantidades de datos», asegura Jason Lee, uno de sus creadores. Los 36 ordenadores que controlan el sistema permiten crear la ilusión de que los objetos flotan en la habitación y uno puede viajar por su interior en busca de los elementos que quiere analizar.
Olusola Ajilore, psiquiatra de la Universidad de Illinois, analiza escáneres cerebrales de sus pacientes en busca de daños que puedan producir depresión. «Es emocionante poder visualizar las fibras, pasear por el cerebro, caminar entre las fibras…», explica.
Científicos e ingenieros utilizan esta sala para visualizar, por ejemplo, la localización de los terremotos ocurridos en una zona durante los últimos 110 años, o para hacer un viaje virtual por un reactor nuclear y entrenar a los empleados. Un grupo de neurocientíficos lo utilizó recientemente para resolver el problema de un paciente con las arterias de su cerebro. «Nos quedamos estupefactos», asegura Andreas Linninger, profesor de bioingeniería que lidera la investigación para medir y modelar el flujo de sangre en los cerebros de pacientes con una apoplejía.
El sistema, resumen sus creadores, «permite a los científicos estudiar fenómenos que son o demasiado grandes, o demasiado pequeños, peligrosos o distantes para entenderlos sin la ayuda de un sistema para el aumento perceptual». Mediante esta realidad virtual, que se está experimentando en otros muchos laboratorios, los investigadores pueden zambullirse en sus datos y entenderlos desde una nueva perspectiva.
La Información, 28 Ago. 2013.