Juan Manuel Santos, militarización, Colombia, Bogotá,

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, advirtió que se le agotó la paciencia tras los violentos disturbios que afectaron a Bogotá, por lo que actuará con contundencia contra los que quieren desestabilizar el país.

En un duro pronunciamiento, el mandatario ordenó la militarización de la capital y de las zonas donde sea necesario, para restablecer el orden público, tras denunciar que bajo amenazas de fusil están obligando a los campesinos a marchar.

Santos afirmó que su gobierno hizo todo lo posible por llegar a un acuerdo con los líderes de las protestas agrarias, pero ante «la dilatación» a las propuestas que se hicieron, ordenó a sus voceros levantarse de la mesa.

Los campesinos iniciaron hace 12 días un paro por tiempo indefinido para exigir salidas a la crisis que los afecta, por los altos costos de los insumos y la caída en los precios, que atribuyen a los Tratados de Libre Comercio (TLC).

«He dicho que bienvenida la protesta, pero no la protesta obligada a punta de fusil y amenazas», dijo el presidente, al anunciar que se ordenó al Ejército desbloquear las carreteras tomadas por los manifestantes en varias zonas del país.

Santos aludió a denuncias según las cuales los campesinos están siendo obligados en algunos sitios por las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a bloquear carreteras y mantenerse en paro, bajo amenazas.

Las medidas fueron anunciadas por el mandatario, tras los violentos disturbios registrados en Bogotá este jueves, durante los cuales fueron saqueados comercios y atacados edificios por jóvenes que se infiltraron en las marchas estudiantiles.

La intervención de la fuerza pública para frenar los desmanes, derivó en enfrentamientos entre manifestantes y policías, los cuales dejaron dos muertos, más de 200 heridos, 43 de ellos uniformados y decenas de detenidos.

Tras rechazar los «actos vandálicos», Santos dijo que ordenó «la militarización de Bogotá y así lo haré en cualquier sitio y zona que sea necesario», para lo cual destinó 50 mil hombres del Ejército para desbloquear las vías.

Anunció que aviones de la Fuerza Pública están dispuestos para realizar puentes aéreos y garantizar el abastecimiento de alimentos en el país y, además, mantuvo la disposición de las caravanas de acompañamiento para los transportadores.

Dijo que «la paciencia se agota» y por eso ordenó a los ministros que estaban en la negociación con los campesinos en la ciudad central de Tunja que «regresen a Bogotá y dejen nuestras propuestas sobre la mesa» para que sean los labriegos quienes decidan si las aceptan.

Reveló que cuando están a punto de firmar un acuerdo «alguien extrañamente aparece y los instiga a aumentar sus demandas, a correr la cerca, y se corren para atrás», lo que, a su juicio, deja claro que hay «interesados en que no se llegue a ningún acuerdo».

Advirtió que hay gente a la que sólo le interesa «su propia agenda política o solo quieren desestabilizar» y mencionó concretamente al movimiento político Marcha Patriótica que «quiere llevarnos a una sin salida e imponernos su propia agenda política».

Santos también ofreció recompensas a quienes ayuden a localizar y capturar a quienes promovieron los desordenes en Bogotá y otros puntos del país, para quienes dijo «no habrá ninguna contemplación».

Bogotá, 30 Ago (Notimex).