Semblanza.
El pintor, escritor e inventor italiano Leonardo Da Vinci, a quien se recuerda mañana, a 561 años de su nacimiento, continúa siendo objeto de estudio igual que su arte, pues es considerado un notable personaje, que amplió sus horizontes, al destacar en diversos campos.
Ejemplo del interés por conocer más sobre la vida del artista florentino, es la serie televisiva “Los demonios de Da Vinci”, cuya primera temporada, que arrancará el martes, da cuenta de la juventud del artista durante el Renacimiento, señalan diversas publicaciones en la prensa nacional.
Leonardo Da Vinci vino al mundo el 15 de abril de 1452, en la villa toscana de Vinci, Italia. Hijo de un rico notario florentino y una campesina, quien tiempo después contrajo matrimonio con un artesano.
Desde sus primeros años, el pequeño Leonardo mostró un fuerte interés por la pintura y pasaba gran parte de su tiempo dibujando animales mitológicos de su propia invención, inspirados en una profunda observación del entorno natural en el que creció.
Al cumplir 14 años y gracias al apoyo de su padre ingresó como aprendiz en el taller del artista Andrea del Verrocchio (1435-1488), quien le enseñó pintura, escultura, técnicas y mecánicas de la creación artística, señala la biografía del artista publicada en el portal en Internet “biografiasyvidas.com”.
En este periodo, el joven Leonardo frecuentó al también artista Antonio Pollaiuollo, quien le permitió hacer sus primeros estudios de anatomía.
Se sabe que su primer trabajo fue la construcción de la esfera de cobre proyectada por Brunelleschi para coronar la iglesia de Santa Maria dei Fiori; al que le siguió el “Bautismo de Cristo”, obra con la que superó a su maestro y que permeó de dinamismo.
A este periodo creativo pertenecen sus obras “San Jerónimo” y el gran panel “La adoración de los Magos”, que fueron recibidos favorablemente por la crítica que los calificó como innovadores y dinámicos, características que otorgó la maestría en los contrastes de rasgos, en la composición geométrica de la escena y en el extraordinario manejo de la técnica del claroscuro del artista.
A los 30 años, en 1482, el talentoso artista decidió dejar Florencia para viajar a Milán, donde se presentó ante el poderoso duque Ludovico Sforza (1452-1508), en cuya corte permaneció 17 años, no sólo como pintor sino como inventor; en este último rubro sus diversos proyectos abarcaron hidráulica, mecánica y arquitectura.
Siguiendo las bases matemáticas fijadas por León Bautista Alberti (1404-1472) y Piero della Francesca (14151-1492), Leonardo comenzó sus apuntes para la formulación de una ciencia de la pintura, al tiempo que se ejercitó en la ejecución y fabricación de laúdes.
Estimulado por la dramática peste que asoló Milán, el artista proyectó espaciosas villas, hizo planos para canalizaciones de ríos e ingeniosos sistemas de defensa ante la artillería enemiga.
Mientras que en el campo de arte fue elegido para la realización de una monumental estatua ecuestre en honor de Francesco, el fundador de la dinastía Sforza, en la que trabajó durante 16 y que no logró concretar.
En 1494, su amistad con el matemático y fraile franciscano Luca Pacioli (1445-1517) le permitió ilustrar su libro “Divina proportione”, trabajo que le valió ser reconocido como el creador de la moderna ilustración científica y emprender diversos proyectos de pintura, arquitectura, anatomía, geografía, botánica, hidráulica y aerodinámica.
A finales de 1499, la llegada de los franceses a Milán obligaron a Da Vinci a abandonar la ciudad para llegar a Venecia, donde fue contratado como ingeniero militar, puesto desde el cual proyectó una cantidad de artefactos cuya realización concreta no se hizo sino, en muchos casos, hasta los siglos XIX y XX.
Luego de 20 años de ausencia, en 1500 Leonardo Da Vinci regresó a Florencia, ya siendo considerado uno de los artistas más prominentes de Italia.
De acuerdo con la biografía de Leonardo Da Vinci publicada en el sitio electrónico “lecturalia.com”, en 1503 realizó la “Gioconda”, su obra conocida en todo el mundo, y a partir de 1506 su vida transcurrió entre Florencia y Milán, realizando varios trabajos como arquitecto para nobles locales.
A partir de 1513 radicó en Roma, donde preparó algunos de sus trabajos más interesantes como inventor, pero tras encontrar siempre obstáculos por parte de la Iglesia Católica, decidió abandonar esta labor y trasladarse a Francia, donde proyectó palacios y ciudades.
Da Vinci dejó un gran número de bocetos y dibujos de todas sus creaciones, siempre consideradas un compendio propio de notas, sin intención de divulgación o enseñanza.
El 2 de mayo de 1519, Leonardo Da Vinci dueño de una genialidad sin igual murió en Clos Lucé, Francia, a los 67 años de edad.
México, 14 Abr. (Notimex).