Las personas cada vez tienen menos tabús en reconocer que acceden al sexo oral de forma frecuente, ya sea con sus parejas o en sus relaciones esporádicas. Esa liberación en torno a esta práctica tiene que ver con que muchos hombres y mujeres han dejado de tener una visión “coitocéntrica” de la sexualidad, motivados porque la obtención de satisfacción, en muchos casos, es mayor a través de este juego preliminar que a partir del coito en sí.
“El sexo oral es un elemento que forma parte de la vida sexual desde la antigüedad. Es en la Ilíada griega, escrita por Homero en el siglo VIII a.C, cuando aparece por primera vez el término, al referirse a las mujeres de Lesbos, famosas por su destreza en la felación. Otra figura trascendental en la normalización del concepto fue la reina Cleopatra (año 69 a.C). De ella se afirmó que fue capaz hacerles sexo oral a cien soldados romanos en una sola noche”, asegura el sexólogo José Manuel González.
Históricamente, este juego erótico se ha relacionado erróneamente con la felación (al miembro masculino), y no con el cunnilingus (al sexo femenino), debido a inexistencia de una emancipación sexual real de la mujer. “En la antigua Roma, el cunnilingus se consideraba una práctica inadecuada pero la felación era común. Incluso en el Kamasutra se describe el sexo oral analizando la felación con gran detalle, pero se menciona brevemente el cunnilingus”, indica.
No fue hasta el siglo XX, con la revolución sexual, cuando hubo un cambio de conciencia sobre la práctica por igual en hombres y mujeres. A este respecto, el cine y la cultura también actuaron como gran aliciente para normalizarlo a nivel social, gracias a “películas como Deepthroat, en los años 70, en la que se muestra una felación explícita, o canciones como ‘Flower de Liz Phair’ que incitaba al sexo oral”.
Otro de los hitos que permitió legitimarlo como una práctica sexual en sí misma, al margen del coito, fue el escándalo protagonizado por Bill Clinton y Monica Lewsinsky. Ambos reconocieron que habían mantenido relaciones sexuales, únicamente orales, entre 1995 y 1996, mientras esta desarrollaba su pasantía en la Casa Blanca.
Sin embargo, como cualquier otra realidad ligada al ser humano desde tiempos inmemorables, el sexo oral está rodeado de mitos y de creencias desafortunadas. Muchas de ellas impiden, en ciertos casos, que tanto hombres como mujeres disfruten de esta práctica en plenitud y en igualdad. Otras, simplemente son verdad.
Entre lo íntimo y lo casual. Según un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de New York, entre los años 2005 y 2011, los hombres son más reacios a practicar sexo oral en encuentros de una noche. Otra investigación reciente de la Universidad de Alberta (Canadá), en este caso, realizado a 181 mujeres, reveló que la mitad de las encuestadas lo veían como una práctica menos íntima que el coito, el 41% consideraba que es igual de íntima y un 9% admitió que para ellas era algo muy intimo.
Puede provocar cáncer. La principal causa de aparición de un tumor de boca es el tabaco y el consumo de alcohol. Sin embargo, un reciente estudio desarrollado por investigadores de nueve países y a partir del estudio de 1.925 personas evidenció que la presencia del virus del papiloma (VPH) en la zona bucal (infección de transmisión sexual) multiplica por 130 el riesgo de padecer un cancer oral en el futuro. ¿Recuerdas las declaraciones recientes de Michale Douglas achacándole al VPH su cáncer de garganta? La investigación, publicada en la revista Journal of the National Cancer Institute, revleó, que la práctica de sexo oral cuando alguno de los miembros presenta el virus del papiloma, es la causa del 35% de los cánceres que afectan a la boca y la garganta.
No es una práctica de esposos. A las abuelas no se les ocurría la posibilidad de innovar en la vida íntima, entonces, este tipo de prácticas no eran bien vistas y solo se les atribuía a prostitutas y amantes. Nada más lejano de la realidad, pues salir de la monotonía y satisfacer a la pareja, hacen parte del éxito en la cama.
Fuente: Fucsia