Su impacto va más allá del momento, ya sea una buena o mala noticia la persona que la recibe o la da, experimenta una gran variedad de emociones, muchas de las cuales no son nada alentadoras o benéficas.

Sin embargo, es posible dar una noticia sin que la ansiedad y el temor que la rodea impacten sobre nuestra salud física y emocional.

¿Cuál prefieres primero?

De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de California, se encontró que las personas que reciben una noticia son más propensas a querer recibir malas antes que las buenas, pero los que las dan prefieren dar la buena antes que la mala.

Para quienes afecta la noticia el tener la sensación que después de la favorable información espera una no tan agradable genera un sentimiento de ansiedad y poco benéfico.

El denominado sándwich, donde se proporciona una “buena-mala-buena noticia”, tampoco es el método más ideal, ya que para Angela Legg y Kate Sweeny, autoras del estudio, este sistema puede causar confusión y el olvido del objetivo central de la noticia.

Para Legg la mejor manera es exponer las noticias malas primero para después ofrecer las formas u opciones que existen para remediar o trabajar en el problema de la manera más positiva posible. Ya que por más difícil se presente una situación siempre debe de quedar unaesperanza.

Antes de dar una noticia, piensa la manera más correcta y que conicidad  con la persona que la va a recibir.