La ilusión de mano de goma es un experimento que, según su perspectiva, ha demostrado durante los últimos años que la percepción de una persona sobre su propio cuerpo puede experimentar “huecos” o incluso, de algún modo, puede ser “hackeada”: este experimento consiste en estimular con un cepillo la mano de una persona sin que esta pueda observarla, a la vez que se estimula una mano de goma que la persona sí puede ver. Algunos participantes experimentan cosquillas en su mano real a pesar de que esta no esté siendo estimulada. Pero al parecer los simios también reaccionan a esta forma de estimulación.

Los neurólogos llaman a la percepción espontánea sobre el propio cuerpo “esquema corporal”. El esquema corporal es la “idea” que cada uno de nosotros tiene respecto a su propio cuerpo; estos experimentos buscan tratar desórdenes cognitivos tales como el síndrome del miembro fantasma, la cual hace creer a las personas que aún tienen un miembro que han perdido, experimentando sensaciones como dolor, frío o calor, etc. Pero un grupo de neurobiólogos del Centro Médico de la Universidad de Duke creen que los simios pueden ayudarnos a comprender cómo funciona este esquema corporal y también a tratar sus padecimientos, cuyos resultados fueron publicados en el último número de la Proceedings of the National Academy of Sciences.

Los investigadores han trabajado por mucho tiempo con interfaces cerebro-robóticas que permiten a las personas controlar mentalmente prótesis robóticas de miembros perdidos, y en los últimos años han experimentado también con monos. A estos se les muestran versiones tridimensionales de sus propios brazos siendo tocados por pelotas virtuales mientras sus brazos reales son estimulados con cepillos, a la vez que sus ondas mentales son monitoreadas con electrodos implantados en sus cabezas.

Miguel Nicolelis, responsable del proyecto, afirmó que hallaron que las neuronas en las áreas somatosensoriales y motoras del cerebro de los monos (relacionadas con el sentido del tacto y el movimiento voluntario, respectivamente) reaccionaron a la estimulación virtual en simios, sugiriendo que estas regiones están relacionadas con la ilusión de la mano de goma.

“Esto apoya la teoría que hemos estado desarrollando durante 10 años”, afirma Nicolelis, “de que el cerebro asimila las herramientas virtuales como extensiones de su propio esquema corporal.” La respuesta del cerebro al contacto virtual ocurrió entre 50 y 70 milisegundos después del contacto físico, lo que sugiere que las señales tardan más en llegar a las regiones del tacto debido a que antes son filtradas por las regiones visuales, por lo que “el hecho de que puedas tener estas llamadas neuronas táctiles activadas por una orden visual es muy emocionante.”

Esta investigación está dirigida a entrenar a las personas con miembros prostéticos mediante interfaces virtuales para aceptar las prótesis como parte de su esquema corporal, como en el Walk Again Project por medio del cual, según Nicolelis, “los pacientes no sólo aprenderán a controlar los exoesqueletos, sino que tendrán la sensación vívida de que estos son parte de su propio cuerpo.”

Fuente: (Pijama Surf)