En 1969, Terry Holland se dedicaba a podar el pasto de sus vecinos cuando tocó la puerta de Jack Welch con la esperanza de conseguir otro cliente.
Un gerente en ese momento, Jack Welch se volvería famoso más tarde cuando se vuelve el CEO de General Electrics (GE) por subir el valor de la empresa de $14 mil millones de dólares a $410 mil millones. Años después, se ha convertido en el ejecutivo más mencionado, estudiado y hablado de su generación.
¿Qué fue lo que el empresario más grande del siglo XX le dijo al niño para inspirarlo a ser grande?
Una condición: en una entrevista con Terry, nos cuenta de su primer encuentro con Welch. “Primero me preguntó que cuánto cobraba, le dije que en realidad no fijaba un precio, sólo pedía lo que me quisieran pagar. Así que Jack señaló a un jardín y me preguntó que cuánto me pagaron por ese, le dije que tres dólares. Luego señaló otro jardín y me preguntó que cuánto por ese y le dije que tres dólares y 25 centavos. Luego me propuso que me pagaría cuatro dólares con la condición de que su jardín se viera mejor que los demás.”
Años después, Terry reflexionó en cómo esa invitación para hacer un buen trabajo hizo toda la diferencia. “Como niño podando el pasto, uno siempre quiere hacer un buen trabajo, principalmente para no meterse en problemas. Pero con Jack se trataba de que quedará muy bien. Todo cambia cuando tu enfoque esta en que un trabajo excelente siempre es recompensado.”
Aceptando el reto: Terry hizo un buen trabajo con el jardín de todos sus clientes, pero el jardín de Welch era diferente. Las expectativas de Welch trajeron con ello una oportunidad mayor. Terry estaba constantemente pendiente de hacer que Welch amara su jardín. Experimentó con varios métodos.
“Puede ser mi lado competitivo,” dice Terry, “disfruto hacer las cosas cuando tengo razón para hacerlas. El tiempo que invertí en el jardín de Jack se me pasó más rápido que con los demás jardines. Me dio una oportunidad para demostrarme algo a mi mismo. No era una tarea que no requería de un poco de pensamiento, era divertido.”
Unos años después, Welch y su familia se mudaron, pero cuando llegó el momento de que Terry consiguiera su primera referencia profesional, le habló a Welch. Inmediatamente, Jack lo recomendó para un puesto en GE.
Una invitación para lograr una diferencia: la manera que Welch le transfirió una visión de algo mayor a su jardinero fue sencillo y un toque de genio. No sólo le consiguió el jardín más bonito en su cuadra, sino que motivó al joven para lograr algo grande.
¿Cuándo fue la última vez que invitaste a alguien para hacer algo grande? ¿Acaso sólo nos interesa conseguir que alguien haga el trabajo bien que nos da miedo invitarlos a llevarlo al siguiente nivel para superar nuestras expectativas? ¿Puede ser que nunca te sorprende tu equipo porque siempre consigues exactamente el trabajo que pediste?
La próxima vez que le pidas a alguien un trabajo, motívalos para hacer el mejor trabajo posible en lugar de sólo lo que pediste. Sorprendete exigiendo más de un trabajo.
Publicado por Othón Vélez O’Brien.