La nueva empresa de aeroespacio de Elon Musk fijo una locación para poner un puerto espacial que ha planeado: Brownsville, Texas, una zona con dificultades económicas. SpaceX esta construyendo unas instalaciones de lanzamiento gracias a los $13 millones en incentivas de parte del gobierno del Estado de Texas, incluyendo $2.3 millones de la fundación empresarial de Texas.

El gobernador de Texas, Rick Perry, introdujo la fundación en el 2003 como una última herramienta de incentivo para asegurar inversiones en el estado que podrían estar en peligro de lo contrario. El puerto de SpaceX cae en esta categoría (esto es argumentable). A partir de junio del 2013 la empresa mantuvo mucho silencio con respecto a la locación de su puerto espacial y ha estado buscando sitios en Florida, Georgia y Puerto Rico.

Pero Texas se demostró especialmente dispuesto para cortejar a Musk, incluso aparte de la existencia de una fundación que fue especialmente dedicada a traer inversiones como este. La legislatura en Texas aprobó dos proyectos de ley con le propósito de abrirle espacio a SpaceX. A finales del 2013, Perry firmó el proyecto de ley que cerraría una extensión de playa durante los lanzamientos. El mismo año la legislatura aprobó otro proyecto de ley que altera las normas de ruido del estado para permitir las actividades del puerto espacial.

Estas medidas fueron el resultado de los esfuerzos de Musk.

SpaceX ha hecho donaciones a varios políticos en Texas y comités de acción política.

La inicializadora del puerto espacial de Musk esta haciendo lo que cualquier empresa creciente y ambiciosa haría: consiguiendo favores de los que toman las decisiones, presionando a políticos y accediendo a los mejores tratos posibles. El puerto espacial es parte de la estrategia más grande de SpaceX para establecerse como una alternativa viable de empresas como Boeing o Lockheed Martin.

Publicado por Othón Vélez O’Brien.