Muchas veces el cambio de estilo de vida afecta sus finanzas personales. Sin embargo, todo depende de si usted se ajuste a esta nueva condición y maneja inteligentemente el dinero.

La variedad en artículos de consumo, los gastos que surgen en el diario vivir, modas, impuestos, cuentas en rojo, deudas por doquier, son señales explícitas que el nivel de vida que está acostumbrado a llevar, no va acorde a sus ingresos mensuales, lo que lo lleva a gastar más de lo que gana y a entrar en déficit.
A estos hábitos se le suman el vicio de adquirir sin límite productos financieros que suplen comodidades y necesidades que se creen son vitales.

De acuerdo con el más reciente informe de “Sostenibilidad Financiera» del Banco de la República, en el 32,5% de los hogares, los gastos son mayores a los ingresos. La investigación arroja que de cada $100 de crédito, $67 se toman en el sector financiero formal, mediante tarjetas de crédito, libre inversión, vivienda y para los negocios, mientras que los otros $33 se toman con el «gota a gota», la tienda de barrio, compraventas, amigos y familiares.

Los errores en los que se incurre para caer en esta situación y de alguna manera lo acercan al sobreendeudamiento son:

– No sabe cuanto gana.

– Gasta lo que no tiene, pensando que en el siguiente día habrá alguna forma para suplir este gasto.

– Cree que todo lo nuevo que hay en el mercado usted debe tenerlo.

– No sabe identificar una necesidad de un deseo material.

¡Es hora de cambiar sus hábitos!

Tras identificar sus “errores financieros”, haga una evaluación y determine cuál es el paso a seguir.

De acuerdo con el director del programa de Administración de Empresas de la Universidad del Rosario, Luis Francisco Cubillos, estas son las recomendaciones que debe tener en cuenta:

1. Construya un presupuesto financiero. Identifique sus ingresos y egresos mensuales.

2. Clasifique las entradas y salidas. 
Tome el balance de sus ingresos y divídalos en dos: regulares (salario fijo) y no regulares (primas o ingresos adicionales por otros conceptos).

Así mismo, clasifique sus gastos en prioritarios-inaplazables (servicios, educación, salud, mercado) y de consumo (televisión por cable, planes de telefonía, ropa, diversión, viajes).

3. Fije prioridades. A partir de este balance, haga un análisis y recorte lo que no es una necesidad inmediata para usted, esto con el fin de empezar a liberar deudas. Pregúntese el efecto a largo plazo que puedan tener estos egresos para usted ¿Beneficio? ¿Destino particular?

4. Limite su acceso a los productos financieros.
 Acceder a un producto financiero es muy sencillo, el problema es cubrir los gastos que éste genera. Reduzca el número de tarjetas de crédito a uno, no acepte créditos pre-aprobados no sature su capacidad de endeudamiento, baje el cupo de su tarjeta y si es el caso, refinancie sus deudas con las entidades financieras.

5. ¡No, es no! 
Tenga la voluntad de decir ¡no! Cuando le ofrecen un crédito. Si no cree ser capaz de manejar su presupuesto y deudas, pídale a una persona de su entera confianza que lo haga por usted.

6. Control diario. 
Haga un control permanente de sus gastos diarios y del destino que le da a cada peso que recibe.

7. Dinero extra, abono extra. En lo posible si tiene excedentes de dinero, cancele anticipadamente sus deudas, eso le permitirá ganar intereses que no pagará en el futuro.

Fuente: FP