China debería suspender su distribución de carne de aves en ciudades grandes para interrumpir la propagación de una nueva cepa de influenza aviar que surgió este mes. Después de la última vez que implementaron esta medida en China, se redujeron dramáticamente los casos de influenza en humanos.
Los resultados del último incidente tras la suspensión de productos de aves fueron una reducción del 97% en casos del virus H7N9 en humanos. Aunque esta medida haya costado mucho dinero, el resultado debería servir como referencia para dar tranquilidad al volver a aplicar la suspensión.
“Esta es una intervención muy eficaz para proteger la salud humana y el bienestar público” dijo el encargado del estudio, Benjamín Cowling, de la Universidad de Hong Kong.
Cowling dice que la suspensión de productos de aves es la mejor forma de prevenir que se propague más el virus H7N9 para la época de influenza en invierno en dónde sea que se encuentren casos del virus en humanos.
En octubre se han detectado dos casos del virus H7N9 en humanos en la provincia de Zhejiang. Esto lo ven como un indicio a una nueva epidemia mortal para la temporada de frío en China.
Unas 45 personas han muerto por la cepa de H7N9, muchos en marzo y abril cuando surgió por primera vez el virus.
La OMS ha confirmado 137 casos de la cepa y afirman que tiene una tasa de mortalidad de 30%.
La última clausura de distribución de productos de aves generaron una pérdida de 57 mil millones de yuanes (9.35 mil millones de dólares).
Publicado por Othón Vélez O’Brien.