Abogados de Kimberly McCarthy, sentenciada a la pena de muerte en Texas, interpusieron una apelación buscando de última hora evitar que la mujer se convierta la próxima semana en la persona número 500 en ser ejecutada.
McCarthy, de 52 años, se enfrentará a la inyección letal el próximo miércoles por el asesinato de su vecina en 1997.
En caso de que la ejecución se efectué como está programada, la mujer pasaría a ser la persona número 500 en recibir la pena de muerte en Texas, la entidad en la que más se aplica la pena máxima.
Texas ha realizado un total de 499 ejecuciones desde que reactivo la aplicación de la pena de muerte en 1982, seis años después de ser activada de nuevo en todo el país.
El número de ejecuciones en esta entidad suma el 37.4 por ciento de las mil 336 realizadas hasta ahora en todo Estados Unidos y rebasa por mucho a las 108 efectuadas en Virginia, el segundo estado que más aplica el castigo capital.
El abogado de McCarthy, Maurie Levin, interpuso este miércoles una nueva apelación ante la Corte de Apelaciones Criminales de Texas, buscando que se suspenda la ejecución.
La apelación argumenta que en el proceso judicial contra McCarthy, la mujer fue víctima de discriminación racial y de negligencias de parte de varios de sus defensores en años anteriores.
La ejecución de McCarthy ya ha sido suspendida en dos ocasiones en los últimos tres meses, precisamente para dar tiempo a analizar los mismos argumentos presentados por sus abogados en esta última apelación.
Sus abogados sostienen que el jurado que la sentenció a muerte estaba conformado por 11 personas de origen anglosajón y una de origen afroamericano, algo que se considera inequitativo para un juicio justo.
McCarthy, fue declarada culpable y sentenciada a la pena máxima por matar a cuchilladas a su vecina, Dorothy Booth, una maestra de psicología de 71 años, el 21 de julio de 1997 en Lancaster, un suburbio del sur de Dallas.
De acuerdo con las autoridades, McCarthy ingresó a la casa de Booth bajo la falsa pretensión de pedir prestado un poco de azúcar, para apuñalarla y darle muerte a fin de robar sus pertenencias.
Evidencias presentadas en el juicio mostraron que McCarthy cortó el dedo anular izquierdo de Booth para tomar su anillo de diamantes.
Luego robo el automóvil Mercedes Benz, de la víctima y fue a empeñar el anillo por 200 dólares para ir a comprar «Crack».
Las autoridades presentaron como pruebas, el uso de las tarjetas de crédito de Booth, por parte de McCarthy y muestras de su ADN dejadas en el cuchillo utilizado en el crimen.
Las autoridades pudieron también ligar a McCarthy con otros dos asesinatos de mujeres de edad avanzada, uno utilizando como arma un ablandador de carne y otro con un martillo, registrados una década antes.
De ser ejecutada, McCarthy sería también la treceava mujer a la que se le aplica la pena de muerte en Estados Unidos desde 1976.
La última ejecución de una mujer en este país se registró en Virginia, al aplicársele la pena máxima a Teresa Lewis, el 23 de septiembre de 2010.
Dallas, 20 Jun (Notimex)