La aparición de moretones, dolor en articulaciones y sangrados prolongados y frecuentes en los niños, pueden ser síntomas de hemofilia.
Ese trastorno en la sangre, que impide su coagulación normal, debido a la alteración en la cantidad de una de las proteínas o factores de coagulación, tiene que atenderse de inmediato para reducir el riesgo de discapacidad y muerte prematura.
Las personas con hemofilia severa presentan en promedio 25 hemorragias al año; en tanto, los de hemofilia moderada cerca de tres hemorragias al año y los de leve ocasionalmente una, si existe algún traumatismo serio, según datos de la Secretaría de Salud.
Son dos los tipos más frecuentes de esta enfermedad: tipo A, que representa de 80 a 85 por ciento de los casos y es heredada por las madres a sus hijos, y la variedad B, que se da de manera espontánea y tiene una prevalencia de 15 por ciento.