Hay evidencia de que los tratamientos para inhibir el apetito causan hipertensión pulmonar, que provoca el aumento en la presión arterial de los pulmones por una deficiencia en el corazón, señalaron investigadores.

Plantearon que aun cuando hay pocos casos de hipertensión pulmonar asociados a la obesidad, lo preocupante es la asociación de ese padecimiento con el uso de fármacos para adelgazar como anfetaminas, antidepresivos y tratamientos herbolarios.

Julio Sandoval, subdirector de Investigación Clínica del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, recordó que por esas razones se retiraron del mercado los productos aminorex, fen-phen, diomeride y dexfenfluramina.

Hay anorexígenos que se venden mucho, como las anfetaminas e incluso tratamientos alternativos a base de hierbas, que provocan hipertensión pulmonar.

La hipertensión pulmonar aún constituye un problema por la falta de diagnóstico temprano y pocos tratamientos e incluso no se conoce el número de enfermos reales que la padecen.

Se calcula que en el mundo existen 25 millones de enfermos, de los que en México podrían haber unos dos millones.