El Comité Ejecutivo de la UEFA aprobó este jueves medidas de efecto inmediato para endurecer su política contra el racismo, la violencia en los estados y el dopaje en el fútbol.

En una reunión celebrada en Londres, previa al Congreso de este viernes, se aprobó una sanción mínima de 10 partidos para las conductas racistas protagonizadas por jugadores o técnicos.

En caso de que los comportamientos discriminatorios procedan del público, la primera infracción contempla cerrar parcialmente el estadio, y totalmente en ocasiones siguientes, junto con una multa de 50.000 euros.

Estas medidas entrarán en vigor la próxima semana, el día 1 de junio.

Las sanciones también se endurecen en caso de insultos a los árbitros: la suspensión mínima pasa de dos a tres partidos; y de agresión, que será como poco de quince partidos, en lugar de los diez vigentes ahora.

Además, la UEFA podrá tomar la iniciativa sancionadora en caso de que una de sus federaciones asociadas no castigue de forma apropiada “ofensas que dañen la esencia del fútbol, y en particular el amaño de partidos, la corrupción y el dopaje”.

Las nuevas políticas eliminan cualquier periodo de prescripción para los casos de corrupción, soborno y adulteración de apuestas, de modo que podrán ser sancionados en cualquier momento.

CNN