Introducción
La palabra Psicología viene de dos locuciones griegas, Psique que significa alma, y Logos que significa estudio o tratado, y aunque en la actualidad se considera el estudio de los procesos mentales y la conducta del hombre, tuvo sus orígenes en la antigüedad, cuando todavía no estaba delimitado bien el estudio de estos procesos.
En los siguientes ensayos se explicaran las teorías de los filósofos más influyentes en el proceso de evolución del estudio de atributos humanos, como pensamiento, memoria y razón.
El concepto de alma ha estado presente por varios milenios para describir ese atributo único que hace al ser humano diferente de las otras especies animales, así, veremos cómo este ha ido evolucionando desde los primeros filósofos griegos, hasta los más representativos filósofos del Medioevo.
Tales de Mileto, Heráclito y Anaxágoras, darán los primeros ejemplos de estos estudios, posteriormente Sócrates, Platón y Aristóteles recibirán la estafeta para pulir tanto los procesos de búsqueda de conocimiento, delimitaran un estudio epistemológico y propondrán nuevas teorías sobre el origen del hombre.
Más tarde en la época medieval serán dos grandes intelectuales del mundo cristiano quienes servirán de punto de referencia para el estudio del hombre, el alma, su origen y su funcionamiento, ellos son San Agustín y Santo Tomás de Aquino.
La Grecia antigua: Tales, Heráclito Anaxágoras y el nacimiento de la exigencia racional.
Después de recorrer el pensamiento griego de la antigüedad, sus mitos, tradiciones, leyendas, poemas, y posteriormente su pensamiento racional y filosófico; uno podría pensar que toda la producción intelectual del hombre posterior a ellos es una vana imitación.
En los poemas griegos desde Homero, que describía las virtudes del hombre a partir de la valentía ya se vislumbraba la aspiración a un razonamiento claro como el de los dioses en el Olimpo:
Homero, La Odisea:
Atenea la de los ojos de lechuza, se fue al Olimpo, donde dicen que está la mansión eterna y segura de los dioses; a la cual ni la agitan los vientos, ni la lluvia la moja, ni la nieve la cubre –pues es allí constantemente sereno y sin nubes-, y en cambio la envuelve una esplendorosa claridad; en ella disfrutan perdurable dicha los bienaventurados dioses.
Posteriormente Hesíodo desarrolla el concepto de Justicia, pues hace una diferencia entre animales y hombres, según él los primeros se guían por la fuerza, los segundos por la ley, proponía que la justicia no debía regirse por el más fuerte, por lo que distingue entre la existencia de hecho y de derecho, que serán conceptos que servirán a Sócrates y Platón.
El gran salto del pensamiento místico al pensamiento racional, o cómo lo ve Xirau (1964), el asesinato de Minotauro, se da en Jonia, en Mileto, donde Tales, Anaximandro y Anaxímenes buscaran explicar el arché, el origen del gobierno de las cosas.
El primer filósofo de Grecia fue Tales, quien era viajero y era versado en las matemáticas egipcias. Su explicación del orden y origen de las cosas se puede resumir en tres postulados: que la Tierra se encuentra sobre las aguas; que el agua es el origen de todas las cosas y que las cosas están llenas de dioses.
El primer postulado no es muy diferente del pensamiento griego que le antecede, la descripción que hace Homero del escudo de Aquiles muestra ya este pensamiento; pero el segundo postulado responde o intenta responder a la pregunta de los primeros filósofos sobre el origen de todas las cosas, sin embargo el buscó un principio que rigiera todas las cosas y siendo Tales oriundo de una ínsula llegó a la conclusión que el agua aparte de ser el origen de las cosas también era el principio rector de estas, pues era necesaria para la existencia de los seres, para el comercio y para gran parte de las actividades del hombre. Del tercer principio, Aristóteles pensó que se refería a las fuerzas de la naturaleza en las cosas.
De Heráclito se dicen muchas cosas, como que fue rey de su ciudad y que abdico de su puesto, que reprobaba la conducta de los gobernantes y gobernados de Efeso. Pero algo se sabe de él, y es que fue de los primeros filósofos griegos es aislarse para meditar. Heráclito en sus Fragmentos, su única obra escrita, delimita las tres grandes ramas en las cuales se dividirá la filosofía en u futuro, y eran las concernientes a la teoría del conocimiento, la metafísica y la moral.
De la primera el afirmaba que había dos formas de conocer: la primera mediante la razón o logos, que posteriormente sería verbum en latín, es decir la palabra; y la otra era mediante la experiencia o los sentidos.
Proponía una armonía entre los opuestos y decía que estas contradicciones se disolverían en Dios, este razonamiento le ayudaría a desarrollar la idea del eterno retorno idea que ha estado presente en muchas culturas y que él explico con el fuego como origen de las cosas, y característica intrínseca de estas, pues en el eterno devenir lleno de transformaciones, no hay nada más cambiante que el fuego; y este también serviría para llevar a cabo una metáfora de la purificación a través de los cambios, utilizando esta metáfora pensaba que las almas buenas eran almas “secas”.
Anaxágoras, quien se cree fue maestro de Pericles y de Sócrates, sostenía que junto con los materialistas que todo lo que existe está formado por pequeñas partículas indivisibles, pero estas partículas están formadas o constituidas por el espíritu o nous, aunque no queda muy claro que es el espíritu para él, solo que este es el elemento de lo que todo está hecho y todas los seres vivos están gobernados por él.
Sócrates y los orígenes de la psicología introspectiva.
Sócrates es un hito en el pensamiento occidental, aunque delimitó un método, no dejó trabajo escrito, lo que se sabe de él es en gran parte por los documentos redactados por sus discípulos; inclusive hay quien afirme que “Sócrates” es un pseudónimo que utilizaron algunos filósofos para poder redactar sus ideas, y utilizaron el nombre de un soldado griego que si bien existió en su misma época, murió cuando ellos eran aun muy jóvenes.
Diógenes Laercio lo describe (cit. en Xirau, 1964) disputando con sus amigos, no tanto para rebatir sus opiniones, como para indagar la verdad.
El método socrático, que etimológicamente significa su camino, fue el dialogo o la conversación, pero a diferencia de los sofistas que discutían por ejercitar sus capacidades discursivas, Sócrates lo hacía con la intención de saber la verdad. Para él, primero había que partir de un punto de ignorancia, o de saberse ignorante, solo a partir de saber que nada se sabe era posible lograr un avance en la carrera del conocimiento, una vez establecido esto se procede con preguntas que avanzarán hasta tratar de agotar un tema, y las respuestas o el conocimiento deben venir de sí, es decir de uno mismo; esta esencia personal, sería el alma, por eso el centro de su pensamiento es la inscripción del oráculo de Delfos: “conócete a ti mismo”.
Para Sócrates era de gran relevancia buscar estructurar la única ciencia importante que era la moral, es a partir de desarrollar el pensamiento en potencia de las personas que se puede llegar a convertirlo en un acto de conocimiento, constituyendo una ciencia que no es solo la opinión de alguien sino algo valido en cualquier lugar y tiempo. Su moral fue reducida a tres grandes principios: 1) la virtud es igual al conocimiento, 2) el vicio es ignorancia y 3) nadie hace el mal voluntariamente.
Platón y la espiritualidad del alma.
Aristocles, también conocido como Platón, discípulo de Sócrates, desarrollo un sistema de pensamiento, si bien no era tan complejo como el que sería desarrollado por exponentes posteriores a él, es de una riqueza entrañable. Se preocupó en gran medida por la satisfacción y felicidad del ser humano de forma individual y de forma social, ambas para él unidas, pero sabía que para llegar a establecer una teoría sobre el hombre, la sociedad o el estado, debía saber con anticipación que es en realidad el hombre, como es que este llega al mundo, por eso para él, era fundamental antes de una teoría del Estado, una metafísica que explicara el qué del hombre y del universo, y antes de saber todo esto, se pregunta si es posible el conocimiento.
Siguiendo este orden, para Platón había que amar el conocimiento, no bastaba solo con saber, y este amar al conocimiento era más bien un amor a la razón, el utilizaba la fantasía, las alegorías y los mitos para explicar sus teorías, recurría a lo connotación y a la denotación mediante un análisis lógico.
Ahora la dialéctica que viene de dialogo y para el de la enseñanza de Sócrates, él desarrolla más el concepto del método y consiste en todo género de método que lleve o busque la verdad y el ser. Para esto él creía que era necesario saber las vías del error, es decir el camino de la no-verdad, no se puede saber que es sabiduría, sin saber que es la falta de sabiduría. Platón se enfrenta o más bien critica a los sofistas en particular a Protágoras, que afirmaba que todo cambia, lo que haría imposible el conocimiento, pero según Platón si todo cambia, no sería capaz ni si quiera de hablar, y ya que existe la palabra, es prueba de que existe algo verdadero y común a todos. También criticó la idea del conocimiento a partir de los sentidos, pues decía que entonces las impresiones sensoriales de los objetos, como sus representaciones en la fantasía o sueños tendrían el mismo valor de verdad. Por los sentidos podemos acceder a la doxa, pero solo por la razón podremos acceder a la episteme. Para él a partir de razonar creamos conocimiento y mas que conocer sostenía que recordamos, que lo que se puede conocer esta en nuestro espíritu. Esto lo ejemplifica con el mito de la caverna en la que se proyectan sombras dentro de esta, sin que los que están ahí puedan ver a los objetos que las producen al interponerse entre él receptáculo de la luz y el Sol, fuente de esta, y los que están ahí piensan que así es la realidad, igual a las sombras, engaños de nuestros sentidos, pero solo el filósofo que aplica el método podrá acceder al verdadero conocimiento representado por el Sol.
Platón sostenía que el mundo en el que vivimos todo es pasajero y temporal, pero para poder explicarse el porqué de las cosas, desarrollo la teoría de las ideas, teoría que iría puliendo con los años. En la época de Platón, el lenguaje filosófico no se había desarrollado aún, como hoy en día que podemos abrevar de la terminología filosófica y encontrar definiciones precisas; Platón utilizo palabras del vocabulario popular de su época y las incorporo a su teoría, y en el caso de “idea” creó de alguna forma un neologismo, pues esta palabra viene de un verbo griego que significaba mirar, ver cara a cara, o sea algo visto, la apariencia de una cosa. Para él la idea es algo que no cambia, que es inmutable, y que existe a parte de nosotros de forma independiente, y las imagina en una especie de cielo que llama Topos Uranos. Estas ideas eran la esencia de las cosas.
El hombre, en el Fedro, describe el alma humana mediante una alegoría ya famosa, la del carro guiado por un cochero y arrastrado por dos corceles voladores, uno de ellos blanco de ojos negros y cabeza erguida, representa la templanza y el honor, este corcel dirige su trayectoria hacia el cielo o lo alto y representa el bien. El segundo de cabeza dura, narices chatas, pelaje negro y ojos sanguíneos, se dirige hacia abajo y representa las fuerzas negativas, el mal y la vida sensual. Entre ellos dos se crea una tensión continua pues uno quiere ascender y el otro quiere descender; es el cochero símbolo de la razón que mantiene un equilibrio orientándose hacia la armonía. Hablamos de alma cuando hablamos de hombre porque si bien todos los seres vivos tienen una fuerza vital que los anima, el hombre es el único dotado de razón, que le permite ascender al mundo de las ideas. Por lo que define al alma del hombre como racional, y al alma como una idea, por lo tanto inmortal, postura que tratara de demostrar más tarde en el Fedón.
Este conflicto entre pasiones y razón, ya comienza a tener tintes de conflicto psíquico, entre un ideal y un instinto, será en el siglo XIX que un genio austriaco desarrolle con más detalle este concepto fundando el Psicoanálisis, donde la angustia de un sujeto se produce a partir del conflicto entre una pulsión, y el ideal-del-yo al que el sujeto aspira, con el riesgo de incumplir y sufrir la castración simbólica.
Bibliografía:
Fernández, N.A. (2012). Filosofía de la psicología. (1ª ed.). México: Red Tercer Milenio.
Roudinesco, E. (2005). Diccionario de Psicoanálisis. (1ª ed. 2ª reimp.). Argentina: Paidós.
Taylor, A.E. (1961). Breviarios 161, El pensamiento de Sócrates. (1ª ed.). México: Fondo de Cultura Económica.
Xirau, R. (2009). Introducción a la historia de la filosofía. (13ª ed. 14ª reimp.). México: Universidad Nacional Autónoma de México.